Capítulo 6: Noob

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Miraba en mi menú con desesperación mientras avanzaba por un cenagal donde el agua pútrida me llegaba hasta media pantorrilla. ¿En qué maldito juego no ponían un cochino mapa en el menú? Tenía fríio, estaba empapada y la había palmado ya dos veces desde que había entrado en aquel juego asqueroso. Sabía que los sitios de aparición eran completamente aleatorios, pero ¿de verdad teniía que tocarme en un jodido pantano? O manglar, o ciénaga o lo que cojones fuera aquella extensión de agua fangosa. Y daba igual la de veces que apareciera allí, parecía que hacerlo de pie era imposible, por lo que cada vez acababa chorreando. La primera vez había caminado unos 100 metros hacia lo que logré identificar como el oeste y algo me había atacado, algo que mordió mi muslo y luego me enrolló con su cuerpo viscoso. Por suerte, el haber puesto la sensibilidad tan baja había hecho que solo sintiera escozor y presión antes de ver una cara reptiliana que se lanzaba contra mi con la boca abierta. ¿Una serpiente de río, quizás? ¿Una sanguijuela hiper vitaminada? ¿El maldito Kraken? Daba igual, había reaparecido en la pantalla de inicio teniendo que rehacer por completo mi avatar.

Por supuesto, volví a aparecer en la misma zona, aunque pude identificar que no era exactamente el mismo sitio, pero por inercia me fui hacia el lado contrario. 20 minutos después metía la bota en una especie de agujero en el barro que comenzó a hacerse más y más grande... hasta que se me tragó mientras yo, en lugar de luchar, me cruzaba de brazos y gruñía cabreada maldiciendo por lo bajo. Pantalla de inicio y avatar otra vez. Y aquí estaba, tercer intento.

No estaba traumatizada por lo que me había pasado, estaba muy cabreada. Si no conseguía salir de allí no iba a poder cumplir con todos los requisitos que se me habían pedido, pero al ritmo que llevaba me veía perdida en aquel asco de sitio tres meses después.

Esta vez había tratado de usar un poco la cabeza: había cogido una hoja de uno de los arbustos acuáticos y la había echado al agua para observarla durante un rato. Lenta, pero se movía en una dirección, sur, según la posición del sol. Antes de dirigirme hacía allí rompí una rama de madera podrida de uno de los árboles y la comencé a usar para tantear el terreno sumergido que había frente a mí. Y así había estado avanzando por más de una hora sin que el paisaje cambiara en lo más mínimo: agua pantanosa, árboles, hojarasca podrida flotante y algunos pájaros que volaban en cuanto me acercaba a los árboles donde descansaban.

Había comenzado a consultar el menú mientras caminaba, tratando de hallar un mapa o algo que me sirviera, pero solo pude encontrar textos aburridisimos sobre la historia de aquel lugar. Que si guerras, que si alianzas, que si estudios antropológicos sobre sus estilos de vida... ¿Y el puto mapa? ¿Un guardia "nosequekru" para que diera indicaciones? ¿Dónde estaba el maldito mago de todos los videojuegos que te mandaba misiones y de paso te hacía el tutorial? Esto era un coñazo.

Miré el reloj de mi menú y comencé a andar más deprisa y con menos cuidado. Me quedaban 4 horas y media de inmersión y ni siquiera había logrado ver a alguien (no, la sanguijuela gigante no contaba). A este ritmo mi informe solo iba a contar con una frase: "Soy una maldita noob, que me reasignen al mundo de My Little Pony, por favor"

Cerré el menú con un movimiento de mi mano desistiendo de encontrar en él algo útil y me centré en caminar. Sin dejar de avanzar mis pensamientos comenzaron a fluir. Podía llegar a entender que la gente se sintiera frustrada ante una situación similar a la que yo misma estaba sufriendo. Joder, yo lo estaba. Pero de ahí a manifestar trastornos había un mundo. Tal vez era que no mantenían la actitud adecuada.

Por lo que sabía, la mayoría de la gente que disfrutaba de estas realidades alternativas trataba de sumergirse lo más posible en ellas, mientras que en mi cabeza siempre flotaba el mismo pensamiento: esto no es real. Bastaba con recordar eso para que todo me afectara de una forma ínfima. Aunque tal vez, cuando llevara aquí dentro semanas las cosas cambiarían.

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