Capítulo 44.

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No sé si es porque la vista se me está acostumbrando a la oscuridad después de una hora aquí o porque realmente las estrellas terminan iluminando pero ahora soy capaz de difereciar su silueta perfectamente. Ella lleva bastante tiempo sin decir nada simplemente mirando al techo mientras acaricia una de mis manos.

- ¿Hay algo que te preocupe?- Noto  como se gira en la cama hasta quedar boca abajo con su cabeza apoyada en sus manos. 

- No ¿por qué lo dices? 

- No lo sé, llevas mucho tiempo callada.- Escucho una pequeña risa que se escapa de su boca.

- ¿Y eso es raro?

- En ti si.- Ella golpea mi hombro pero en realidad es como una caricia.- Te encuentras bien ¿verdad?

- Mejor que nunca.- No puedo verla pero estoy seguro que está sonriendo de esa forma que hace siempre para convencerme de que está bien cuando en realidad no lo está.

- ¿Ya tienes pensado qué haremos cuando se acabe esta semana?- Suspira y supongo que su sonrisa a desaparecido.

- Más o menos.

- ¿No me lo dirás?- No dice nada pero noto como mueve su cuerpo sobre la cama, como para una de sus piernas sobre la mi cuerpo hasta que se queda sentada sobre mi entrepierna.- ¿Qué haces? ¿Intentas distraerme para que no te pregunte más?- Una vez más no obtengo respuesta, sus manos tocan mi cara sujetándola por ambos lados e instantes después sus labios hacen contacto con los míos y en cuanto el beso se torna más apasionado de lo que pensaba, llevo mis manos a su trasero y ella separa un momento sus labios de los míos.

- ¿No vas muy rápido?

- La culpa es tuya.- Quito una de mis manos para ponerla tras su nuca y hacer que me vuelva a besar, noto sus frías manos tocando la piel de mi torso bajo mi camiseta y sus labios dejan de tocar los míos en cuanto ella agarra la tela de mi ropa y me la quita en unos segundos. Su boca hace contacto con mi cuello haciendo que todo me tiemble y de forma inconsciente agarre con fuerza una de sus nalgas. Noto su risa contra mi piel y como mientras sigue besándome va bajando una de sus manos hasta encontrarse con mi pantalón. Por una vez me ha pillado completamente desprevenido, no esperaba que ella se viera con fuerzas para hacer el amor y todavía sigo descolocado sin poder hacer mucho más que jadear mientras ella desabrocha agilmente mi pantalón y mete su mano dentro de mis boxers cerrando su mano alrededor de mi pene empezando a moverla poco a poco. Mi respiración empieza a acelerarse y ella junta sus labios de nuevo con los míos haciendo que vuelva a reaccionar. Llevo mis manos a su camiseta y tiro de ella hasta que consigo quitársela y descubrir que como todavía estaba con el pijama, no tenía su sujetador puesto, me incorporo un poco para poder besar uno de sus pechos haciendo que ella suelte el primer gemido de la noche mientras introduzco mi mano por dentro de su pantalón y su ropa interior tocando la piel de su trasero. La velocidad de su mano tocándome empieza a aumentar y con ella la pesadez de mi respiración.- Para, para.-Ella lo hace de inmediato y yo la elevo sujetándola con un brazo lo suficiente para darle la vuelta y dejarla acostada sobre la cama, me desprendo de mi ropa al igual que de la suya y me posiciono entre sus piernas.

- Hazlo despacio, por favor.- Presto atención a su respiración y sé que es demasiado pesada como para serlo simplemente por estar excitada. Beso cortamente sus labios mientras me introduzco en ella dejando que suelte un pequeño gemido, espero hasta que su respiración se hace ligeramente más normal y empiezo a moverme, creo que nunca me había acostado con una chica de una forma tan calmada, en realidad siento como si cada movimiento, cada gemido, cada caricia y cada beso sucediera a cámara lenta y sin duda este será un momento que no podré olvidar nunca.

Don't ever leave. (Michael Clifford)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora