Capítulo 26

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Narra Gaz

-¡Sueltame lagartija asquerosa! -ordenó Torque tratando de soltarse pero, no podía. -

Odio que mis sospechas sean ciertas, Torque intentó besarme y yo me negué.

Y ahora estoy con cara de alivio pero, a la vez de enojo por qué si Zim intervino significa que todas las veces que sentí una maldita mirada encima era Zim detrás mio espiandome.

Si no es un estúpido el que esta encima mío, es otro.

Ugh, que horrible mi vida.

-¡Me estabas espiando, imbécil! -le reclame molesta aun dentro de la habitación. -

-Zim vino a distraerse y miro a Torque queriendo algo más contigo, -me respondió casi del mismo tono en que yo le hable. - y solo quiso darle una lección.

A mi nadie me alza la voz aunque me haya salvado de una situación de la que la que estaba rezando por que alguien me sacará de ella.

Nadie me alza la voz.

-¡DÉJAME EN PAZ! -le grité y sali de la habitación. -

Camine rapido entre la gente y el que no se quitaba frente mio lo empujaba, no estaba para estar diciéndole permiso a todos cuando ni siquiera me van a escuchar gracias a la música y aunque me escuchen les va a valer verga por que están tan drogados que les va a entrar por un oído y se les sale por el otro.

Llegue a la salida y solo mire a unos cuantos tipos cayéndose en la grama de la casa y otros fumando.

Parece que pude perder al verdezote entre tanta gente.

Me puse la capucha de mi sudadera y camine lejos de ahí.

Por fin lejos de tanta sífilis y gonorrea.

-Gaz. -escuché su voz, maldita sea. -

¿Por qué diablos no se da por vencido? ¿Acaso no se cansa de mi mal humor o de mis rechazos?

La iguana no conoce fin para sus jodederas.

Me detuve, por mucho que caminara lejos de él, él no me dejaría sola, a este punto ya sé que él no va a dejarme sola solo por que lo ignoro.

Él no entiende esas tan claras señales de que yo quiero estar sola.

-Zim debe saber si estás bien después de eso. -soltó haciéndose a mi lado rápidamente. -

-Si, -respondí. - estoy bien.

-¿Te acompaño a casa? -me pregunto y de inmediato solté un suspiro. -

Por hoy estoy cansada, estoy agotada de estar esquivandolo, así que me está dando igual su presencia, a como he dicho antes mientras no me besé o intenté algo conmigo, todo está bien.

Le cabecee un si aún con la capucha puesta y comenzamos a caminar tranquilamente.

-Zim pensó que no vendrías. -comentó él. -

-Pensé lo mismo de ti. -respondí mientras pateaba una pequeña piedra mientras caminaba. -

Se encogió de hombros por lo que le dije.

-Me aburrí y quería ver que tal estaba la cosa. -contestó. - Zim solo quería distraerse. -añadió. -

-Yo queria ver a Dib valiendo verga. -mentí, en verdad quería distraerme de mi asquerosa realidad. -

Pero, como siempre mis expectativas eran totalmente distintas a la realidad.

Muy pero, muy distintas.

《¿Tuya? Nunca》ZagrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora