Capítulo 18

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Entro al aula esperando a perder de vista a Zim a la hora de almuerzo.

Hoy me tocaba la clase de relaciones familiares.

Que maldito martirio, "La comunicación es lo más importante" "La unión de la familia depende del amor y el afecto"  y más mamadas de ese tipo.

No me deberían de afectar pero, sí, sí me afectan, me afectan por que ninguna de las cosas que mencionan que son parte de ser una familia no hay en la mía y si es que se le puede llamar familia.

Esto es un asco, un papá que esta y no está, un hermano obsesionado con cosas que en su mayoría ni existen, un alienígena que hace creer a todos que solo esta es un humano con una enfermedad rara que esta enamorado de mi y un colegio que me recuerda incesantemente lo mal que estaba mi vida.

Me hice en el último lugar en una esquina del aula.

Escuche entre unos murmullos de los que eran mis compañeros sobre la dichosa fiesta de Torque, parece que media eskuela estaba invitada.

Aun no sabía si en verdad iría.

Nunca antes había ido a una, había escuchado de parte de Dib que es puro alcoholismo, coqueteo y desenfreno total, las hormonas los dominan a todos.

Sí, Dib ya ha ido a esas fiestas creo que por lo mismo de que se hablaba con Torque y el por cortesía o educación lo invitaba.

Admito que ya he tomado y no me gusta prefiero fumar.

Este cochinero de eskuela es una cueva de malas costumbres.

Anote ciertas cosas que menciono el profesor y guarde el cuaderno, dentro de poco sonaría el timbre salvándome de escuchar su irritante voz un minuto más.

Ojala también me salvará de almorzar con Zim.

Ugh.

Salgo del aula doy unos pasos y un par de manos tapan mi vista.

¿Quien más podría ser si el estúpido de Dib se quedó en casa por quedar calvo?

-Hola preciosa. -escuché su voz en mi oído casi como un susurro. -

Quería tomarlo de las muñecas y arrojarlo al suelo tal fuera una pelea de la WWE y luego patearlo o romperle un brazo.

No me enojaría para nada hacerlo pero, está vez si estaba rondando el desgraciado vigilante de pasillo.

Maldito idiota ¿Donde estas cuando te necesito?

-Hola. -le salude seca y sin ni una emoción al aire. -

-¿A donde vamos? -me preguntó mientras se hizo a mi lado para caminar al mi ritmo. -

-En las mesas de afuera. -le repliqué. -

La gente muy preguntona me desesperada y Zim es de ese tipo de.... He bueno, no persona, Alíen, qje pregunta y pregunta y pregunta y pregunta y pregunta y eso me desespera.

¿No puede sólo seguirme mientras camino y ya?

No, tiene que preguntarme de todo.

Pero, bien si me pongo a analizar no es necesariamente que el sea preguntón lo que me irrita.

A mi me irrita casi todo, tengo un humor de los diablos ahora que lo analizo de manera crítica, la gente me enoja con mucha facilidad, a veces pienso que soy yo la de la problema.

Y luego me acuerdo que todos son una bola de imbéciles y falsos y se me pasa.

Soy poco tolerable a las mierdas tan superficiales por las que se preocupa la gente hoy en día.

Llegamos a las mesas de afuera en completo silencio (por la inmensa gracia de Dios) y al sentarnos se puso frente mio con su ahora particular sonrisa lasciva que me muestra ahora.

-Y ¿Que comes aquí? -me preguntó viendo a los alrededores. -

-Chocolates, Caca Cola, frituras, lo que sea que haya en las máquinas expendedoras. -

-Vamos a cambiar eso. -respondió y saco su teléfono. - ¿Pollo frito o Hamburguesa?

-¿Qué? -estoy escuchando bien.-

¿De donde saca dinero este lagarto?

-¿Que quieres? ¿Pollo frito o hamburguesa? -me volvió a preguntar y lo único que me pasaba por la mente era si hacian entregas de comida en la eskuela. -

Salí de mi shock y le respondí que quería pollo frito.

-¿Por que coño te intereso tanto, Zim? -pregunte sin mas rodeos, debía de saberlo de una vez por todas. - Ósea, soy una humana más, con un humor de los diablos, apartada e incomprensible la mayor del tiempo, no entiendo cómo es que te gusto o algo por el estilo, soy tan diferente.

-Eso. -me dijo casi de inmediato cuando terminé de hablar. - Eres diferente, no eres como todos los humanos y no te molesta ni un poco ser como ellos, a Zim le atrae como eres y eres tan oscura pero, linda a la vez, me gustas. -apartó la mirada por un rato, estaba apenado y yo igual lo estaba. -

Nunca en mi vida hubiera creído que alguien me hubiese dicho algo de esa índole.

Sentía mis mejillas arder, debía de estar como tomate.

《¿Tuya? Nunca》ZagrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora