《¿Tuya? Nunca》Zagr

Capítulo 33

Vino la ambulancia y se llevaron a Torque, que bien que el tipo estaba inconsciente si no hubiera dado unos gritos cuando le acomodaron un poco el hueso del brazo.

Le quiero dar la paliza de su vida a don lagarto.

No es como que me importe Torque, ese tipo podría desaparecer de la faz de la tierra y a mi daría tanto igual, lo que si me importa es los problemas que nos vamos a llevar encima por lo que hizo.

Los dos amigos de Torque se fueron con él en la ambulancia y Dib se quedó conmigo.

Me va a dar un ma buena regañada acompañada de un "te lo dije" y para mí maldita desgracia, tiene razones válidas para hacerlo.

Me estoy odiando tanto a mi misma el día de hoy, este día ha sido la mierda.

El profesor Maverick hizo la clase afuera, Zim quiso ponerse romántico en el aula, llegamos tarde a la clase, me queme la cara, Torque quería hablar conmigo, salgo de la eskuela sola y me encuentro al hombre verde y luego se arman los putazos y Torque va moribundo en una ambulancia por mi culpa y la de Zim.

¡Que día tan interesante!

Hueputa, solo faltó que una bala perdida alcanzará a Dib.

Hubiera sido algo muy interesante, demasiado.

-Ya que todos se fueron, - llamo mi atención una vez estábamos los dos solos en plena calle. - debemos hablar, ni siquiera te hagas la loca. - refunfuño, ya está sacando el carácter el perro pulgoso. -

-Ugh. - bufé molesta y me cruce de brazos, solo por qué esto en parte sea culpa mía no le daré la razón. -

Eso nunca.

-Aclarame que es lo que pasó en la fiesta de Torque. - dijo y hasta tope los ojos por lo que escuche. -

Honestamente, no le había contado que había pasado, me lo reservé, ¿Quien me aseguraba que me creerían? Es es el tipo popular y por el que todas quisieran al menos unos minutos y a mi que se me insinuó y quiso besarme me negué.

Vamos, me da tanto igual lo que me dicen los demás, los calló a la fuerza pero, si eso se llegaba a saber todos estarían encima mío.

Me gusta vivir en las sombras, no busco atención, tengo poca paciencia y mal genio, los demás me sacan de quicio.

La gente tiene actitudes que me parecen irritantes y prefiero estar alejada de ellos.

Gruñi a lo bajo, si quería saberlo, era mejor que se lo dijera yo, a parte de que tenía pendiente el asunto de que la manada de Torque tiene un cuaderno con todos los números de las chicas de la preparatoria.

-Al menos hablemos de eso en la casa ¿No crees? - le dije, no quería que nadie más escuchará y me parecía poco inteligente discutir en la calle. - Un poco de privacidad no le cae mal a nadie.

Asintió con la cabeza.

Caminamos en silencio, esos silencios que sabes que apenas se rompan todo va a ser complicado.

Ya sé que cabeza grande dijo que íbamos a hablar, esa ni él se la cree, terminaremos en la discusión del año.

La adolescencia es la riata total, un día todos juegan con juguetes y al día siguiente los juguetes somos nosotros mismos.

Solté un suspiro cansado una vez estábamos ambos en la entrada.

¿En serio le diría todo?

Solo le había dicho que no la había pasado bien y que Torque era un raro.

-Te juro que si le cuentas a alguien todo lo que te diré te dejo en silla de ruedas de una vez por todas. - lo amenacé, tenía que estar segura de que me guardaría esto. -