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La noche es fría, y el camino largo. Los conejos han vuelto a sus madrigueras a cuidar de sus crías, los grillos han decidido montar un concierto de bellas piezas de Beethoven, los peces circulan con calma las adormiladas corrientes del río bravo, las luciérnagas deleitan a un público inexistente con sus bailes sofisticados, y el sigiloso lobo avanza sereno entre las expectantes miradas de las que podrían ser sus presas. Pero está agotado, cree que son una pérdida de tiempo y no se deja enredar por las desafiantes miradas de liebres y demás posibles presas de menor tamaño.

Esta noche la luna esta en su completo esplendor, brillante, grande y tan perfecta para aullarle en vano como tantas noches en vela. De todas formas el lobo no pierde sus esperanzas, él es más listo porque no hace como los inútiles humanos desperdiciando esa bolita plana que alaban tanto para pedir sus deseos. Él ha visto como otros del poblado arrebataban tantas como podían a hurtadillas durante las noches. "Insensatos" Piensa el lobo siempre que ve esa escena.

.•Le Papillon•.

Historias de Lobo y MariposaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora