- Mi amor, ¿me viniste a ver? –Escuché que le decía Tracy a Harry ¿Mi amor? ¿Qué le pasa a ésta?
- En realidad Tracy –Aclaró Harry- Vine a ver a alguien más. Deberías saber que lo nuestro termino hace mucho
- Pero éramos muy felices mi amo.
- Nunca lo fuimos, adiós.
Antes de presenciar estas últimas palabras de Harry ya me estaba dirigiendo a la salida, no quería seguir viendo esa escena, pero por lo que logré escuchar, Harry ya se iba.
- ¡______! –Harry gritó mi nombre y me detuve- Hola.
- Hola Harry –Respondí riendo.
- ¿Por qué te ibas sin mí? –Preguntó haciéndose el ofendido.
- No lo sé, simplemente no quería seguir presenciando esa escenita.
- ¿Celosa _____? –Preguntó mirándome coquetamente.
- Já, si claro –Me apresuré a responder- es solo que esa Tracy me cae muy mal, ¿Por qué no me dijiste que la hija del jefe de tu papá era Tracy?
- No sabía que estudiaba en el mismo colegio que tú –Dijo riendo.
- ¿Y cómo supiste que hoy si me podía ir contigo?
- No me dijiste que no así que igual vine, por cierto –rió- ¿Quieres pasar por un lugar especial que solo yo conozco?
- Supongo que no habrá problema –Respondí desviándonos del camino a mi casa- ¿No queda muy lejos cierto?
- No, para nada.
Pensé que me había mentido, pero en realidad el lugar quedaba bastante cerca; nos detuvimos frente a una pared rocosa donde había un pequeño hueco en la parte inferior.
- Damas primero –Me indicó Harry para que pasara por aquel agujero – Adelante.
- Oh, no, no entro allí –Negué.
- Vamos, yo entro y soy mucho más alto que tú.
- Está bien –Dije haciendo una cara de disgusto.
Pase por aquel agujero y cuando salí observe todo el lugar, era realmente hermoso, era una especie de lago, con el agua sumamente cristalina, había un puente en medio y a un lado había dos árboles muy grandes llenos de hermosas flores, además debajo de estos había una banca; donde Harry me indicó que vaya.
- ¿Y? ¿Te gustó? –Preguntó mientras se sentaba junto a mí en la banca.
- Es hermoso –Admití- ¿Cómo descubriste este lugar?
- De niño me gustaba aventurarme mucho en toda clase de lugares –Comentó y reímos.
- Ya te imagino –Volvimos a reír, era genial estar con él allí, me sentía bien; hasta que mi celular comenzó a sonar- Espérame un tantito.
- Claro ángel
- ¿Aló? –Respondí al celular- Ah sí, si fui, no sé en un rato más es que me quede… Haciendo algo en el cole, no quiero, pero… ok lo haré, chao nos vemos
