27.- No te quiero perder

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Capitulo XXVII


Cerro la llave para que dejara de caer el agua sobre la olla. Por fin terminaba de lavar los trastes que había usado en su clase de cocina coreana. Paso la olla a Woosung que estaba a un lado de él para que este la secara.

- Me duelen los pies – comento el chico mientras tomaba la olla pasando un trapo seco sobre ella.

- Hoy fue pesado – afirmo el moreno secando sus manos en su mandil blanco con el logo de su universidad.

- ¿Iras a la fiesta de Jisung? – cuestiono a lo que MinHo negó.

- Quiero estudiar para el examen de inglés – dijo mientras desataba el nudo de su mandil.

- Que pena – susurro el chico provocando una sutil risa en MinHo.

Entregaron los utensilios al encargado para que este los guardara donde correspondía. Minho hablaba con el chico mientras caminaban al estacionamiento de la universidad. Ese día habían tenido tres clases y la última fue cocina coreana. Al final, sortearon a las personas que se encargarían de limpiar la cocina, los trastes y de más. Siendo Minho y Woosung los que sacaron el papelito donde decía "lavar todo". Por lo que eran los últimos en irse de la clase.

- Nos vemos mañana Choi – se despidió Woosung chocando su mano contra la de MinHo.

- Hasta mañana – respondió MinHo viendo el auto del chico salir del estacionamiento.

MinHo dejo salir un suspiro y tomo su casco, pero antes de que pudiera subirse a su motocicleta su teléfono sonó anunciando un nuevo mensaje.

TaeMin

Tenemos que hablar, estoy en tu departamento.
Apresúrate.

MinHo ni siquiera supo que responder. Claro que tenían que hablar.

Habían pasado dos días desde lo que le había dicho Kibum y lo iba a hacer. Él quería terminar con TaeMin de una vez para poder estar con Kibum como se debía. Bloqueo el teléfono y subió a su motocicleta.

Todo ese tiempo, había estado entre la espada y la pared al creer que amaba a dos personas. Pero ahora se daba cuenta de que no era así. Quería a TaeMin, sí, pero amaba a Kibum. Tardó mucho en darse cuenta por querer cegarse ante lo que sus sentimientos gritaban. Y ahora todo era claro, por fin sentía que podía moverse para quitarse de la espada que le apuntaba.

Llego a su departamento y estaciono su motocicleta donde siempre. Sus manos sudaban y su corazón latía con cada paso que daba por lo nervioso que estaba. Aun no sabía cómo decirle a TaeMin sin que se alterara demasiado, aunque bien sabía que eso era casi imposible.
decidió subir por las escaleras para darse un poco de tiempo para seguir buscando las palabras 'correctas'. Si es que existían palabras correctas para terminar a alguien.

Se detuvo frente a su puerta y contuvo la respiración unos segundos para controlar sus nervios. Soltó todo el aire contenido y coloco la clave de departamento. El sonido de la puerta abierta resonó y su corazón se estremeció.

Al entras, visualizo a TaeMin parado frente a la ventana que daba a la calle. Lo miraba, sus ojos chocaban con los suyos. La seriedad que el castaño mantenía hizo al moreno creer que sabía a lo que iba. Que sabía que iba a terminarlo.

Y por quien.

Aunque sonara cruel, eso sería lo mejor, al menos no tendría que dar tantas explicaciones.

- Llegas tarde – musito TaeMin alejándose de la ventana para acercarse al sillón y sentarse con demasiada tranquilidad.

- Me toco lavar todo hoy – respondió.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora