25.- El amante

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Capitulo XXV

Estudiaba en su habitación mientras escuchaba un poco de música. Su hermano y su madre se habían ido a Busan ya hace dos días atrás y regresarían al día siguiente. Admitía que se sentía un tanto solo en una casa tan grande, caminaba por los pasillos sin ver a nadie, desayunaba y cenaba solo, porque su padre se la pasaba en su trabajo. Cuando estaba su madre y Baek no lo percataba tanto como esos dos días.

Su teléfono sonó y lo tomo al ver un mensaje.

Yugyeom

El depa es tuyo.

Sonrió de lado al leerlo. Justo después de hablar con MinHo, se contactó con su amigo sabiendo que este iba a cambiarse de departamento y le pidió que se lo dejara. Al menos se había librado de hacer tantos papeleos. Tecleo una infinidad de gracias a su amado amigo y mando la dirección a MinHo del ahora departamento de ambos.

ChoiMin

Genial. TaeMin saldrá esta noche.
¿Podemos vernos a las ocho?

Kibum sonrio y respondio en mayúscula un largo "SIII" para después seguir con su estudio.

Pasaban las seis de la tarde cuando decidió terminar su estudio. Bajo a beber un poco de agua y percato el silencio que había en su casa, hasta hizo que se le erizara la piel. La soledad sí que era evidente en ese lugar, eso era algo deprimente. Kibum necesitaba interactuar con una persona y no con un libro. Así que decidió ir a visitar a su padre hasta su oficina. Tomo su auto y salió hacia las oficinas.

- Buenas tardes – saludo la secretaria al ver a Kibum.

- ¿Esta mi padre? – pregunto el pelinegro con una sonrisa, recargándose del escritorio de la mujer.

- Si, está adentro –

- ¿Tiene alguna reunión más tarde? –

La señora Park reviso su computador y asintió.

- En una hora tiene programada una reunión – confeso la mayor.

Kibum asintió con un puchero. Tenía la esperanza de salir a cenar con su padre.

- Bien, entonces lo veré un rato –

- Adelante, joven – sonrió la mujer y Kibum ingreso a la oficina.

Visualizo a su padre leyendo algo en su teléfono, con esos lentes de lectura que se inclinaban un poco a la derecha. Se acercó a él con sigilo para no molestarlo, pero antes de que llegara su padre levanto la vista.

- ¡Oh! Kibummie – sonrió el hombre - ¿Qué haces aquí? –

- Estaba aburrido en casa – confeso – así que vine a verte –

Su padre rio un poco. – Me duele que vengas solo porque te aburriste en casa –

- No quise decir eso – respondió Kibum sonriente.

- Lo sé. ¿Quieres... - su padre miro todos los papeles que tenía en su escritorio – ...no sé, salir? –

Kibum sonrió y negó. – No, sé que estas ocupado. ¿Está bien si solo te hago compañía hasta que vayas a tus pendientes? – pregunto con un puchero y su padre sonrió con ternura.

- Me gusta que me hagas compañía, hijo –

- Perdón por interrumpir – hablo la señora Park desde la entrada haciendo que los Kim voltearan. – pero señor, requieren su presencia en el piso tres –

- ¿De nuevo? – pregunto con cierto desagrado el mayor.

La mujer asintió con una mueca.

- Adelántate, ahora llego yo – ordeno el padre y la mujer hizo una reverencia para salir.

¿Por qué tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora