Capítulo 13

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Iknow, el capítulo es un poco corto, pero es bien intenso >.< Por cierto he visto una pelicula de una chica que se enamora de Dios porque le canta con un esmoquín de letejuelas y donde una monja y una chica rebelde fan del regetton también se enamoran. Se llama La llamada y oye... in love xD

Espero que es guste, que voten y comenten mucho. Los Amo *3* ^^

PD: Mañana capítulo de You're a Demon y planeo que sea fuerte... preparen los pañuelos </3

Magnus atrajo más a sus dos hijos. Ambos bebes lactaban dormidos, con sus pequeñas y regordetas manos sobre los pechos del brujo que seguía siendo una mujer. Asmodeo estaba delante de ella, sentado y mirándola maravillado.

-¿Por que sigo siendo una mujer?

-Por que tus hijos aun te necesitan como una. - Asmodeo se levantó, lo que provocó que Magnus se tensara. El demonio le había arrebatado su magia y cada vez que intentaba hacer un movimiento mínimamente brusco, él la paralizaba con magia. - ¿Eres consciente de lo bello que es esto?

Magnus miro a sus hijos.

Aun no les había puesto nombre, ya que quería tomar esa decisión con Alec, porque sabía que él vendría a por ellos. El pequeño brujo estaba a su izquierda, su piel tenia un precioso tono celeste, más oscura alrededor e sus pequeños cuernos que sobresalían de su frente. Su cabeza tenia una pequeña mata de pelo negro. El pequeño Cazador de sombras, era un poco más grande que su hermano, quizás pesaba 100 gramos más, tenía la piel levemente tostada, dorada como la suya propia, su pelo era negro como la noche y era abundante. Tenia exactamente a misma nariz y mentón que Alec, era tan bonito... los dos eran tan bonitos.

-Y tú quieres corromperlos.

-No Magnus. Yo quiero que tomen su lugar en el trono. - Asmodeo acaricio la mano de su nieto brujo.

-No lo toques.

Asmodeo la miró.

- Sera un gran rey. - Miró a su otro nieto y frunció los labios. - Él nunca podrá ser rey, pero sera un buen consejero, un buen general para sus ejércitos.- Tomó los hombros de Magnus que temblaba de rabia. - ¿Lo ves? Son reyes y dioses Magnus, has traído al mundo a los herederos de Edom.

-No. Él vendrá y nos sacará de aquí.

-Él vino una vez, pero el precio por ti fue alto. Pero ellos, no tienen precio.

Magnus no le creyó porque sabía que siempre había un preció y temía, ya que también sabía, que Alec lo pagaría sin titubear. Espero a Alexander, lo espero lo que parecieron semanas, siendo consciente que en Edom el tiempo era diferente.

Los niños no daban nada de guerra, bueno, el cazador de sombras un poco más pero nada que con una nana no se solucionara. Al parecer a los dos se calmaban con su voz hasta el punto que dejaban de llorar y se dormían. Aun eran muy pequeños para sonreír, ni siquiera se les había caído el cordón umbilical a ninguno de los dos.

Los dos estaban en la cama, con los brazos alzados, se miraban y de vez en cuando intentaban tocarse. Magnus estaba sobre ellos, observándolos con una leve sonrisa. Se sentía tan en paz, tan tranquilo como si no le faltara nada, como si todo estuviese perfectamente colocado... como si el mundo fuese un buen lugar.

Cuando estaba con Alec creía que no podría amar nunca ha nadie tanto como lo amaba a él, pero... había pasado, amaba tanto a esos niños que casi le costaba respirar. Eran tan pequeños, tan indefensos y eran suyos.

No habría nada que no hiciera por ellos.

-He pensado un nombre para ellos. - Dijo Asmodeo entrando en la habitación. Magnus no lo miró. El rey de Edom tomó la mano del pequeño cazador de sombras que como acto reflejo apretó su dedo.- Ezreal. - Acarició la mejilla del brujito. - Kaniel.

-Yo los he parido, es mi decisión.

-No les has puesto todavía uno. ¿Quieres llamarlos bebe 1 y bebe 2?

-Sus nombres los escogeremos Alec y yo.

Asmodeo rió.

- Él no vendrá.

Magnus le miró y tomó a sus hijos alejándolos de su padre. Los tumbo sobre su pecho y los arropo con cuidado.

-Cállate.

Asmodeo se sentó en la cama e intentó tocar la pierna de Magnus, pero ella le propinó una patada en el brazo y doblo sus rodillas alejándose de él.

-Sé que no quieres ahora mismo, pero piénsalo Magnus: os ofrezco poder, el mundo y el tiempo solo para vosotros tres.

-¡No quiero nada tuyo maldita sea! Ofreceme lo que quieras pero nada de eso me interesa.

Asmodeo frunció el ceño, la rabia dentro de él hervía.

-¿Crees que podrás escapar de mí? ¿Crees que ahora que tengo un heredero lo dejaré ir?

Magnus sintió la adrenalina correr por su cuerpo cuando escupió a Asmodeo en la cara. Él parecía anonadado, sus ojos brillaban de furia cuando alzo la mano pero no llego a bajarla, simplemente bufó molesto y se marcho.

El corazón de Mangus latía desbocado y los niños parecieron notarlo pues comenzaron a llorar.

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Alexander creía que iba a vomitar. Todos los intentos por abrir las pertas al Edom habían fracasado, al parecer Asmodeo había cerrado todas las puertas de su reino concienzudamente.

-Tenemos que encontrar una puerta trasera.

-Ya la hemos buscado.

-Pues seguid buscando.

-Pero Alec.

-¡QUE SIGÁIS BUSCANDO JACE! - Los ojos azules de Alec estaban rojos, llenos de lágrimas y aterrados. - Es Magnus y son mis hijos quienes están en el puto infierno ahora Jace. No importa la forma, no importa el precio, no importa el tiempo o la distancia que tenga que recorrer para encontrar una puta grieta para colarme y sacarlos de allí ¿entendido?

-Sí.

Jace vio como Alexander estaba temblando, como sus manos eran incapaces de mantenerse quietas, como sus labios parecían contener el mayor de los secretos por al forma en la que temblaban, parecía tan roto y se sentía tan miserable por no poder hacer nada.

-Tenemos que reunir a todos los grandes brujos, buscar a los más viejos. - Dijo Alec, su voz dio un bajón. - Por todo el mundo. No importa el precio que pidan, solo importan ellos tres.

I'm a Girl (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora