35. El amor espera, según Radiohead

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Capítulo dedicado a mi sobrina Ivana (10 años), que ahorita está conmigo y me ayudó a editarlo; además de me prestó su nombre para un personaje de la novela. 

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35. El amor espera, según Radiohead

«¿Le envío solicitud de amistad o no?», me debato con el perfil de Ivanna abierto en el teléfono sobre mi escritorio. 

De mi nueva oficina.

No es la gran cosa. Literalmente son cuatro paredes con una sola puerta que lleva a un baño privado. Por lo demás, además del escritorio, solo tengo un estante pequeño, dos sillas y un sacapuntas eléctrico. Sin embargo, hay un ordenador y eso es mucho más de lo que podía pedir hace dos semanas.

Hace una semana si quiera.

Por fin soy tratado como ser humano.

Me inclino hacia adelante y una vez más miro el teléfono. Igualmente me vuelvo a cuestionar con seriedad, ¿me vería mal si le envío solicitud de amistad a Ivanna en Instagram?

No sé si le molestará.

No sé si es apropiado.

«Mejor no arriesgarme», decido y guardo mi teléfono y apago el ordenador; después tomo mis cosas y salgo de mi oficina a su oficina. Ahí no hay nadie. Afuera tampoco. Es la una de la tarde. Mis compañeros salieron a comer; de modo que aprovecho para salir sin ser cuestionado.



En los pasillos de Doble R no se habla de otra cosa: Ivanna le saca ventaja a Lobo y por primera vez cabe la posibilidad de que obtenga la vicepresidencia. A mi paso, todos van y vienen de su hora de almuerzo comentando lo mismo.

—Yo siempre creí en ella —comienzan. Algunos conscientes de que puedo oírlos.

—Yo que tú no festejaría tanto. En cuanto tome el puesto se vengará de todos. Seguro habrá despidos masivos.

No puedo asegurar que no será así. Ivanna solo ha recibido desplantes por parte de la mayía de empleados de Doble R. Lo que me obliga a preguntarme si el señor Rodwell tiene razón y, por lo mismo, no es la mejor candidata para ejercer autoridad aquí.

—¿Viste a Lobo? —siguen los comentarios—. Anda histérico. No dormirá hasta recuperar su ventaja.

—E Ivanna no dormirá con tal de mantenerla.

Y es que esto va más allá de quién ocupa la vicepresidencia. Hay historia detrás.

En el elevador continúan las murmuraciones, sin importar a qué parte del edificio vaya en todos lados el tema es Lobo Vs. Ivanna.

—Ahora a él le molesta que le llamemos Loba, ¿vieron? Se enfadó con Edna del quinto piso por referirse a ella de ese modo.

¿En serio?

—Cuando antes lo alentaba por darle cierto poder sobre ella.

Eso me resulta interesante.

Y aunque muchos me miran de reojo al percatarse de que estoy presente, siguen platicando. Habrán cosas que quieren que sepa.

—Porque si Ivanna gana la competencia, quedará como «la loba»; mientras él, Marcelo, se volverá un cachorrito.

—Dicen que en la reunión se burló de sus bolas.

Salimos del elevador al vestíbulo entretanto los comentarios dan vueltas a lo mismo.

—¿Se imaginan que tu ex sea tu nueva jefa?

El asistente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora