Día 2: Crushes

6.9K 786 1.7K
                                    


Las charlas entre Kaminari y su novio siempre son extrañas, la gente ajena a ellos nunca entienden sobre qué hablan realmente, o si quiera por qué tocan temas de conversaciones tan... particulares. Sus conocidos, por otro lado, están hartos de escucharlos, principalmente por las babosadas ocurrentes de Kaminari, su novio no es que se quedara muy por detrás de él, para nada. Ahí, todo serio y buen niño que parece,  también tiene sus momentos de estupidez, algunos especulan que ya ha sido contagiado por su pareja.

—¡No inventes, Hitoshi! ¿En serio te gustaba Midoriya?

Y ahí iban nuevamente conversando sobre algo sin sentido.

—¿Qué me estás reclamando si a ti te gustaba Bakugo?

—¡Yo no te estoy reclamando nada! —dice Kaminari, le da un sorbito a la cajita de su jugo, luego comenta con sutileza: —. A mi también me gustaba Midoriya.

—¿Qué?

Shinso no puede evitar imaginarlos juntos. Para nadie es desconocido que Midoriya y Kaminari son como unas pelusitas llenas de luz y amor para el mundo (con una dosis masoquista en sus sistemas, pero tiernas al fin y al cabo). Si ambas potencias algún día llegasen a juntarse el resultado podría ser catastrófico, medio mundo se quedaría ciego, y con las neuronas fritas al no entender semajente fenómeno.

Shinso no estaría preparado para algo así. Posiblemente nunca lo estaría.

—Bueno, ¿y a quién no? —dice Kaminari —. Es un rollo de canela, además, ¡tiene unas piernas y un trasero, Dios! Y aparte de la cara de bebé y cuerpo de seme azotador, ¿lo has olido? Cuando pasa cerca tuyo se queda en el ambiente un olor a menta, es gracioso porque su cabello es verde y encima usa shampoo de menta. Que ocurrente.

Con todo eso dicho la posibilidad de una epidemia de ceguera en todo Japón, es ligeramente factible. Shinso analiza la situación, pero decide evitar la sensación de desconfianza, después de todo Kaminari podría ser de todo menos un infiel, aunque claro, eso no le quita que sea un "admirador de la belleza", como se suele autoproclamar Denki.
De todo modos decide preguntar:

—¿Debo preocuparme? —Shinso realmente no quiere preocuparse.

—Nah, él tiene novio, así que el puesto no esta vacante —comenta como quien no quiere la cosa, hasta se le ve deprimido, para variar.

A Shinso le da ganas darle un zape en la cabeza, pero quiere evitarse el drama de «¡Eso es agresión doméstica, te voy a meter preso!» de Kaminari, y eso que él sí se contiene, no como su novio.

—No sé como sentirme al respecto —dice Shinso.

—Pues, normal. Además tú sacaste el tema, ¿quién pregunta sobre las personas que le gustaban a su novio?

Bien, punto para Kami, pero en defensa de Hitoshi él sólo tuvo curiosidad ya que su novio parece muy enamoradizo, si el año pasado apenas se mudó a su clase y ya le estaba guiñando el ojo cada vez que cruzaban miradas, hasta la fecha no sabe cómo exactamente terminó en una relación con él —el chico que de buenas a primeras le daba la sensación de no estar muy bien de la cabeza y lo clasificada de RARO, en mayúsculas— para cuando se dio cuenta del rumbo que tomaban, ya Denki le llamaba por su nombre y pasaban las tardes jugando videojuegos y succionándose las bocas mutuamente.

Era extraño más no podía, ni quería, cambiar las cosas. Kaminari realmente le gusta, con todo y rareza.

—Si, pero no te pedí una lista sobre los atributos de ellos —dice de todas formas.

Ajá —Resta importancia —. Aparte de Bakugo y Midoriya, también me gustaba Todoroki.

Eso sí le sienta raro. No tiene nada en contra de su compañero de clase, pero no entiende por qué las chicas hacen tanto escándalo cuando lo ven en la distancia. O sea, ¿realmente no se dan cuenta de que es solo Todoroki?
El mismo Todoroki que no puede hacer una división de dos dígitos sin calculadora. El que mete su bebida en la heladera y espera media hora para que se enfríe y así poder tomar, siendo que tiene un maldito quirk que le ahorra la espera.
Literalmente es el chico que no sabe andar en bicicleta, pero le dice a Midoriya que quiere comprarse una motocicleta para el siguiente verano.

ShinKami Week 2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora