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Era la mañana del sábado y por alguna extraña razón Namjoon estaba en la casa y Jungkook aún seguía dormido, y no parecía que quisiera alejarse de las redes de Morfeo.

-toc -toc sonó la puerta de la habitación de Jungkook, el chico con un ojo abierto y el otro cerrado se levantó de la cama y restregándose la cara bostezo y escuchó una voz conocida, la voz que siempre quiso escuchar todas las mañanas, al fin esa voz resonó en las cuatro paredes color vino y aquel salto de alegría, la voz de se escuchó y dijo.- ¿Se puede?

Jungkook en ese momento quería salir y decir si, si se puede, pero no lo hizo no quería hacerse ilusiones. El sabía que o al menos eso creía que al abrir la puerta encontraría a Namjoon con su traje formal listo para ir a su amado bufete el cual le costó llegar a donde estaba. Así que solo respondió.

Si, pasa. -entusiasmado pero intentaba no demostrarlo.

Con tu permiso.- adentrándose a aquella enorme y solitaria habitación, llena de pinturas que jamás había visto.- wow no recuerdo haber visto esas pinturas cuando pague para que pintarán tu habitación. ¿son nuevas preguntó?.

Eeeemmmm si, se podría decir que si. ¿Te gustan?

Claro que si, son hermosas. ¿cuando las compraste o quien te las dió?.

Yo las hice.

¿Que?- sorprendido puesto que desconocía aquel talento de su hijo. - están hermosas.

¿Quieres que te haga una?

Claro, eso me gustaría. Aunque para serte sincero no recuerdo muchas de las cosas que hay en tu habitación, es como si entrara por primera vez, no recuerdo nada de todo esto.

Talves sea porque nunca tenías tiempo para mí.

Bueno, bueno eso cambiará ahora, tengo muchas cosas que contarte.

-el corazón de Jungkook latió fuerte él estaba nervioso por esas inquietantes palabras pero no le puso mayor importancia, a él le único que le importaba en ese momento era aprovechar el mayor tiempo con Namjoon.-

Claro papá, deja me visto y bajo.- mientras le regalaba una cálida, tierna y hermosa sonrisa a Namjoon.

Esta bien te espero abajo con Irina.- dejo un abrazo y un beso en la frente de Jungkook antes de desaparecer del rango de vista del chico.

El chico se vistió, lavó su cara y dientes, cepilló su hermosa cabellera castaña y bajó al comedor.

Woo- fue la primera palabra que cruzó Namjoon al ver tan bien vestido a su hijo Jungkook.- te ves muy buen hijo.

Él siempre luce radiantes señor.- esta vez habló Irina.- que lástima que usted no lo a visto bien, tiene un hijo maravilloso que todo padre desearía.- hechandole en cara Nam por no pasar tiempo de calidad con Jungkook.- tiene un hijo que vale millones.

Ya basta Irina.- dijo Jungkook sonrojado.

Es la verdad Jungkook.- reclamó Irina.

Bueno. ¿que les parece si comemos?.- Esta dijo Namjoon.

Claro papá, me sorprende que estés en casa, si tu nunca tienes tiempo.

Bueno esque a partir de hoy muchas cosas cambiarán, no solo en esta casa sino que también entre nosotros Jungkook.- restregando su perfecta cabellera castaña y sobando su mejilla con delicadeza.- por eso necesito salir contigo. ¿te parece si vamos de compras?.

¡Siiiiiiiiii!- dijo Jungkook emocionado.- claro que me gustaría papá.- lo abrazó- pero...

¿Pero?... ¿Tienes algo que hacer?

Un gran empresarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora