Ya casi 14 años viudo, la edad de la luz en su vida, su rayito de sol, el motivo más tierno de su sonrisa, la hermosura más grande de su mundo. Esa hermosura tenía un nombre, que para él era el nombre más hermoso y quedaba perfecto con todo el ser de su hijo ese nombre era Jungkook.
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¿Jungkook?- grito Nam- ya es tarde y tengo que ir a trabajar, bajaba desayunar que pronto vendrá tu maestro a la casa.
Jungkook estaba con Morfeo y no parecía querer dejarlo, al menos por un rato más, soñaba con el amor de su padre y en qué algún día el podría ser feliz como lo fue con su mamá; ya que después del fallecimiento de su madre Namjoon quedó devastado y quería mantenerse solo en el trabajo y rara vez tenia tiempo para Jungkook y eso era lo que a Jungkook le dolía tanto.
¡Irina!- grito Nam y pronto vio a una mujer mayor entrar a la habitación.
¿si señor?
Necesito que vallas y despiertes a Jungkook, pronto vendrá su maestro.
¿el maestro privado del que estuvo hablando últimamente?- fue interrumpido por la mujer mayor de cabellos negros.
Si, exactamente por él.
Señor si me permite no sé porque no quiere quedar valla al colegio con otros niños de su edad, el ya tiene 13 y pronto cumplirá los 14, nunca a visto a una chica de su edad acá en la casa sólo hacemos mujeres mayores de 45 años.
Por esa razón lo hago, no quiero que Jungkook llegue a hacer algo malo con alguna de ustedes, el es un adolescente y pronto se le va a alborotar la hormona como dirían vulgarmente y no me gustaría saber lo que se siente que tu hijo se meta con una mucama, por eso es que solamente contrato mujeres mayores... Pero chicos no.
Esta bien señor, Yun ya le preparó su desayuno provecho, ahora si permite iré a ver a Jungkook.
Esta bien, y gracias... Agradezco tu gentil gesto Irina.
Con permiso- y pronto la mujer desapareció de su vista.
...
-tocan la puerta- ¡Jungkook ya tienes que despertarte cariño!. -dijo la mujer mayor intentado despertar a Jungkook mientras el terminaba d darse un baño.
¡espera sólo me visto!-dijo apresurado para desayunar con su padre, ya que nunca había desayunado con Nam puesto que cuando Jungkook bajaba al comedor Nam ya no se encontraba presente en aquella grande, hermosa y lujosa mansión de la cual Jungkook era prisionero.-¡Listo, puedes entrar Irina!
Esta bien, con tu permiso- adentrándose en aquella hermosa habitación color vino con muebles finamente tallados, cortinas color crema con detalles en hilos dorados y brillantes, un azulejo color negro mate y un fino techo labrado en madera con todo lo que le gustaba, pinturas hechas por el decorando y haciendo contraste en aquella hermosa habitación.- veo que te estás apurando.
