Capítulo seis

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"Kilig" es una obra original de Hobibuba cualquier reproducción total o parcial de la obra sin el permiso explícito de la autora incurre en un delito.

Esta es una adaptación de dicha obra 100% autorizada por la autora.

Hitoshi arrugó los labios cuando la alarma del móvil sonó, y se revolvió en la cama, apagando su celular para luego suspirar

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Hitoshi arrugó los labios cuando la alarma del móvil sonó, y se revolvió en la cama, apagando su celular para luego suspirar.

Sus ganas de ir a trabajar eran inexistentes, y se sintió peor cuando de pronto Denki lo abrazó por la cintura, acurrucándose a su lado, dándole un pequeño beso en el cuello.

Hitoshi lo miró, chocando con sus ojos ámbar, sonriéndole al notarlo amodorrado aunque con una ligera sonrisa.

Era la primera noche que Denki pasaba a su lado como su pareja, durmiendo en su cama, luego de mudarse definitivamente. Y la sensación era más que perfecta: era única.

—  ¿Tienes que ir a trabajar? —murmuró Denki antes de darle un pequeño beso.

—Sí —susurró Hitoshi revolviéndole el cabello.

—No… —Denki escondió su rostro en su pecho, como un niño pequeño—. Quédate conmigo y sigue durmiendo. Eres muy cómodo.

Hitoshi soltó una pequeña risa ronca, negando con la cabeza, para luego mirar el techo pensando en lo bien que se sentía Denki en sus brazos. En lo cómodo que era tenerlo así, protegido totalmente, sin nadie que pudiera hacerle daño.

—Mi amor… —murmuró Hitoshi frotando su mejilla contra el cabello de Denki.

—Bueno, está bien, me levantaré e iré a prepararte el desayuno…

—Kiki —se miraron a los ojos, y Hitoshi le besó en los labios con lentitud, llenándose con ese simple gesto—, puedes quedarte durmiendo, ¿sabes? No es necesario que te levantes conmigo a esta hora.

—Pero…

—Nada de peros —le dio otro beso, sonriendo de lado—. He vivido solo desde los dieciocho años, Kiki, sé preparar un desayuno.

Sin un poco de convicción Denki asintió para luego abrazarlo, besándole la mejilla de paso.

—Te quiero, alfa gruñón —le dijo cariñosamente.

—Yo también, bebé —Hitoshi se quitó las mantas de encima para luego revolverle el cabello— Iremos a cenar fuera, ¿te parece? Para celebrar tú llegada a casa.

—Eres demasiado lindo conmigo —Denki sonrió, dejando que Hitoshi lo arrebujara entre las sábanas—. Siento que no… que no merezco esto de ti.

Hitoshi le pellizcó las mejillas, sin soltarlo un poco, para luego besarle la punta de la nariz.

—Te mereces esto y más —Denki sonrió tímidamente—. Ahora duerme, te llamaré durante el día, ¿bien?

—Está bien —Denki se acurrucó entre las sábanas, sin dejar de mirarlo—. Te quiero, Hitoshi.

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