No es justo.
Te preguntas como puede haber personas como Tony Stark viviendo de la manera en que vive mientras tú tienes que conformarte con un salario mínimo y un apartamento a punto del derrumbe que para colmo tienes que compartir con una latina que está casi todo el tiempo enojada por cosas que no te conciernen en lo más mínimo.
Recorres la morada con un poco de timidez pero absorbiendo cada detalle. El brillo reluciente de cada objeto, la temperatura ideal a pesar de que para esta altura del año Nueva York ya está haciendo bastante frío, las vistas de la ciudad que nunca duerme, el soft jazz casi como un susurro.
Casi olvidas que Tony esta contigo, merodeando en dirección contraria a la tuya. Te acercas al ventanal para observar mejor y el cristal esta tan estúpidamente limpio que puedes ver tu reflejo en el. También logras ver a Tony dirigiéndose a la barra de la morada.
-Déjame adivinar... ¿Vino?- Dice mientras toma una copa y dejándola descansar junto a su vaso de escocés.
-En realidad soy más del whisky.- Dices, aún enfrentando el ventanal pero observando con atención los movimientos del billonario. Tony sonríe para el mismo, guarda la copa y toma otro vaso de escocés.
-¿Hielo?
-Por favor.
Escuchas como dos cubos de hielo chocan con el cristal de los vasos y luego como vierte el whisky en ambos. Sus pasos advierten que se está aproximando a ti, pero decides no voltearte a verlo hasta el último segundo posible. Antes de que te extienda el vaso, amaga por un segundo e inclina ligeramente la cabeza.
-¿No quieres deshacerte de tu abrigo primero?- Haces caso. Te quitas la chaqueta para quedar únicamente con el vestido-uniforme. Este es al cuerpo, negro, con un escote bateau que te llega por las rodillas. No es la cosa más sexy del mundo, pero es mejor que trabajar en camisa blanca y falda negra como otras noches. Como la ocasión era extremadamente formal, Sussan ordenó al personal femenino usar vestidos negros y al masculino trajes negros con camisas blancas.
-Emm...-Dudas un segundo, chaqueta en mano.
Tony te hace un gesto con el mentón para que deposites tu abrigo sobre una pequeña baqueta que estaba a unos pocos metros de ti antes de que puedas formular la pregunta. Sientes como al desplazarte hasta el lugar los ojos del castaño siguen tu figura. Al regresar te extiende el vaso y te lo llevas directamente a la boca, sin despegar tus ojos de los suyos.
-Creí que estaba aquí para hacerte un Sex On The Beach.- Dices luego de lamerte tus labios que ahora están ligeramente hinchados por el alcohol.
-Tendré que dejar pasar la oferta esta vez. Tanta azúcar es lo último que necesita mi hígado para finalizar la noche.
-Pero entonces, ¿para qué estoy aquí, señor Stark?- Te atreves a dar un paso hacia él, acortando aún más la distancia entre ambos. Tony simplemente te mira con una sonrisa y le da un sorbo a su trago, otra vez sus ojos fijos en los tuyos. Una vez que termina, se acerca peligrosamente a ti, a tal punto que sus labios casi rozan los tuyos y puedes sentir su aliento a whisky. Un movimiento y eso se convertiría en un beso. Cierras los ojos esperando el momento.
-Ow, mírate un poco.- Dice con un susurro, quitándote de tu trance. Te das cuenta de lo que buscaba hacer era dejar el vaso en una pequeña superficie detrás tuyo. -No te preocupes, tenemos suficientemente tiempo para todo eso.
Tony sonríe, casi sobre tus labios lo cual hace que lo desees todavía más, y luego camina hacia uno de los sofás que está en el centro de la morada.
-Acompáñame.- Te ordena y tu le sigues con tus mejillas rojas brillando bajo la tenue luz. El se sienta en el sofá y, justo cuando tu estabas por hacer lo mismo a su lado, te toma delicadamente de la mano para guiarte hasta tomar asiento sobre sus muslos. -¿Te molesta?- Pregunta y tu niegas rápidamente con la cabeza porque estás en el cielo ahora mismo. Luego de unos segundos pasada la vergüenza inicial, te atreves a mirarle. Él te devuelve una sonrisa tenue, observándote con cuidado. -Cuéntame sobre ti.
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Tony Stark y tu - Solo por una noche
Fiksi Penggemar[...] -Tienes que prometérmelo.- Dice, sus ojos cargados con intensidad.- De verdad, no puedes dejar pasar esa oportunidad. -Por última vez, Jodie.- Haces una pausa mientas miras a tu alrededor para ver si alguien estaba escuchando su conversación...