Infinito

118 12 2
                                    

"Pass me that lovely little gun

My dear, my darling one.

The cleaners are coming, one by one

You don't even want to let them start

They are knocking now upon your door

They measure the room, they know the score

They're mopping up the butcher's floor of your broken little hearts..."

Nick cave - Children.

Esta es una gran canción, con cierto tinte melancólico, pero precisa para una mente revuelta. Cada linea; cada palabra, parece calzar no parcial, sino totalmente en las cosas que me golpean.

¡Ah! Acumular tanta mierda y no lograr ignorarla con facilidad, es una característica que suele acompañarme, y creo que seguirá haciéndolo por mucho más. Hasta que aprenda.

Son estos los escenarios emocionales que han cobrado un tamaño considerable, que me hacen querer volver a ser un niño, vivir de la inocencia de los primeros años, cuando de una caja hacías una nave espacial. Cuando los árboles por la noche cobraban vida y sus ramas se transformaban en manos que golpeaban tu ventana. O cuando veías llorar alguien, no entendías lo que pasaba, pero alguna cosa graciosa hacías y los ánimos se levantaban... cuando todo carecía de sentido y la nada era abstracta.

Me gustaría volver... Nacer otra vez, ¿es siquiera posible? O mejor aún, emprender un viaje a lo infinito, eso estaría mejor. Tomar una mochila, cargarla con lo justo y marchar...

Como decimos por acá, me apesta sentir el sabor a 'la cagaste', esa puta sensación de que vas como montaña rusa, subes a ratos y en segundos vas en picada.

Supongo que todos los que estamos acá, tenemos de esos momentos. Por cierto, tampoco es que trate de causar pena, ni menos que realmente sean leídas estas lineas. Este es un desahogo, necesito quitar muchas cargas. Pero me echo más y más a los hombros.

La vida, es una puta mierda. Te seduce, te atrapa, debilita y luego pone a prueba. Eres una gran mierda, ¿eh? Te lo habrán dicho unos cuantos millones, pero eres de esas mierdas necesarias. Golpeas y golpeas, indiscriminadamente, no te importa cuantas veces. Pero tampoco será esta la última vez que intentas ponerme de rodillas. Creo que tus mensajes son evidentes y debo enfrentarme.

Algún día, quizás vuelva a leer esto, y espero decir, ¡pasé tu puta prueba!

Honestamente, quiero un poco de algo nuevo, algo que dibuje una sonrisa permanente y no algo efímero...

Tengo miedo, tristeza, nervios y muchas cosas más, pero no te daré el placer de caer totalmente frente a ti, hermosa musa masoquista, porque siempre, acabo encontrando una luz que guía... solo espero no acabar como ermitaño. Ni tampoco ver como las proyecciones peligran. No otra vez.

Lo que soyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora