Esa extraña sensación que detesto

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Detente… ¡Por favor detente! Es difícil controlar esto a veces, las cosas escapan de tus manos y sientes como la energía de la mierda acumulada, crea un enorme campo de fuerza que te envuelve y ciega ante cualquier solución.

¿Qué tan lejos se puede llegar? ¿Hasta qué punto? ¿Cuánto más se puede cargar? La verdad, no te quería actualizar otra vez, pero es este espacio en el que encuentro el respiro, ese instante en el que puedo simplemente dejar fluir en cierta forma lo que siento. Mis emociones colisionan, tal como material disperso en el espacio siendo atraído por la enorme fuerza de gravedad. Mi cerebro, el planeta, lo que me rodea, los meteoritos chocándolo a gran velocidad. 

¿Cómo es que te pones firme ante elementos que sabes que en algún momento darán contra tu cuerpo? Honestamente, la primera opción es darse por vencido, correr, esconderse; llorar, o simplemente apagar las luces y desaparecer temporalmente en el vacío de la oscuridad. Y esto, en contra de toda indicación psiquiátrica, ya que los eruditos en el tema mencionan las desventajas de encerrarte sin luz. Sin embargo, creo que ellos no ven más allá de lo fisiológico. Estoy de acuerdo con que estudian la mente humana, el comportamiento y las alteraciones biológicas que se producen. Pero esto va trasciende cada pared, cada teoría.  Fingir que estás tranquilo cuando de pronto aparece una imagen en ti tan distinta, casi al borde de la locura, y con esto, no busco enfatizar la situación, sino más bien, ejemplificar lo real. Sentir que pierdes la cabeza y que en cualquier momento podrías estar dispuesto a todo.

Quizás lo más angustiante de todo esto, proviene del mar de imágenes, voces: trastornos de sueño, comer en exceso, el sentirse frustrado. Y este último concepto, sí que sabe complicarte. Todos estamos en escenarios donde los problemas nos ahogan, si bien soy el tipo optimista que al día siguiente encuentra mil caminos, debo mencionar, que todo esto me parece una real mierda, y ya saben dónde acaba la mierda. Es casi insólito que todo lo que vienes proponiéndote no llega a un puerto, y cuando parece estar haciéndolo, el muelle que te espera parece estar construido de resortes, con solo aproximarte sales disparado de ahí.

Mi nueva pregunta es ¿dónde ir? ¿Qué construir? … El torbellino aumenta, y la ola, empieza a crecer. 

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