Capitulo 22

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Eran casi las ocho de la noche. Hacía quince minutos que estaba sentada en mi cama mordiéndome las uñas. Debería estar con Briana, aunque Liz dijo que se ocuparía de ella. Era terrible. Aquí estaba yo, a punto de hablar con un tipo, y el de ella apenas iba a salir de secundaria. Me sentía mal. Pero no lo suficientemente mal para olvidar la llamada.

¿Y si sonaba como una idiota en el teléfono? O peor, ¿y si me quedaba muda? ¿O le hablaba sin parar y no dejaba que él dijera ni una palabra? ¿Y si lo aburría? Yo era aburrida. No vivía una elegante vida de Futbolista famoso digna de aviones privados para ir a París de compras e ir a cenar a Ibiza.

Mi teléfono sonó y vibró en mi mano, haciéndome saltar y casi tirarlo. Dios, Emy cálmate. No hay más tiempo para preocuparse. Sólo contesta.

"Hola." Gracias a Dios no había chillado. Sentía que lo iba a hacer. Necesitaba respirar.

"¿Hola, Emy?" Oh, Dios, era él. Reconocía su acento extranjero en cualquier lado. Esto era real. Quiero decir, siempre había sido real, pero esto lo hacía aun más. Mierda, habla con él, Emy.

"Sí, soy Emy." Mírenme, toda tranquila. Podía hacer esto totalmente. Él sólo es el hombre más apuesto del mundo. No hay problema.

"Hola, soy Neymar." Oh, créeme, lo sé. Ahogué una risa ridícula. Me iba a colgar en cualquier momento.

"Lo supuse. Estás en hora." Por suerte. Si hubiera tenido que esperar más, hubiera acabado sin uñas. Briana me iba a matar cuando viera mis uñas.

"Mi padre me enseñó que nunca debo hacer esperar a una dama. Dijimos a las ocho, ¿verdad?" Dios, era tan sexy. Esa voz, hablándome, me estaba haciendo poner mojada. Por suerte me había quitado mis shorts y mi ropa interior cuando entré a mi habitación. Lo había hecho por las dudas de que quisiera tener sexo por teléfono. Esa era mi historia y me iba a quedar con ella.

"Lo hicimos. Y me alegra poder hablar contigo finalmente. Parece que hemos estado esperando desde siempre." Los más largos dieciséis días de mi vida. Y algunos de los mejores, lo que era un poco triste, pero no me importaba.

"Es cierto. Este ha sido el día más largo y eso que dormí la mitad de él." Estábamos en la misma sintonía. Me sentí mejor al darme cuenta de eso.

"Debes estar feliz de regresar a casa. De sólo escuchar todos tus viajes me cansaban. Además, nada es mejor que dormir en tu propia cama." A menos que estés durmiendo conmigo en la mía. Eso sería mejor. O podríamos usar la tuya. Probablemente debes tener unas lujosas sábanas, ¿verdad? Apuesto a que se deben sentir bien en mi piel desnuda, mientras tú entras en mí… mierda. Necesitaba parar. Concéntrate en él, Emy. No en lo que su cuerpo desnudo puede hacerte.

"Me alegra mucho estar en casa, pero me pone más feliz estar cerca de ti." Puedes acercarte incluso más, dentro de mí. No, eso no estaba bien. Quiero decir, sí lo estaba, pero él había dicho algo increíblemente dulce y necesitaba responderlo de la misma manera. ¿Cómo podía hacerme sentir especial con tan sólo unas pocas palabras?

"¿Emy?"

Genial, ¿vez lo que has hecho? Todos esos pensamientos sexys y él piensa que tú estás aburrida. "Estoy aquí."

"Okey…" Dijo. Mierda, ¿qué digo sobre mi pausa? La parcial verdad.

"Estaba pensando que tú siempre sabes hacerme sentir bien. Estaba sentada aquí, esperando tu llamada, nerviosa que tú no lo hicieras o te aburrieras o que no fuera lo mismo que cuando hablamos por correo, y luego tú dices que estás feliz de estar cerca de mí y eso me hace sentir, no lo sé. Siento el balbuceo. Estoy un poco nerviosa." Eso fue un gran vómito verbal, Emy Buen trabajo. Dios.

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