Capitulo 32

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Está bien. Okey. Estaba sola con Neymar. No era una gran cosa. Si por mi fuera estaría con él sola siempre. Miré la caja de Scrabble en mi mano. ¿Era tonto preguntarle si quería jugar? ¿Tendría las pelotas de jugar las palabras que quería jugar contra él?

La ducha se cerró así que le di un par de minutos y luego fui para ver que quería hacer. Las imágenes mentales de Neymar secando su cuerpo mojado no me calmaron. Necesitaba ducharme por más de una razón.

"¿Neymar, estás…?" ¡Mierda! Estaba en toalla. Estaba en mi habitación usando nada más que una toalla y estaba hermoso. Quería lamerlo. Quería arrancarle la toalla, tirarlo a la cama y hacer todo lo que habíamos hablado y más.

"Um, lo siento." Me dijo Neymar. "El baño es un poco pequeño así que pensé que podría vestirme aquí." Puedes hacer lo que quieras aquí, especialmente si te quedas casi desnudo. O completamente desnudo. Dios, necesitaba calmarme.

"Cierto. No hay problema. Yo sólo… sí." ¿Sólo qué? No tenía idea. Neymar me miraba como si fuera rara, lo cual debo admitirlo, lo era. Pero, vamos. ¡Estaba casi desnudo! ¿No se había visto? ¿No sabe lo que una vista así puede hacerle a una chica?

Pasó su mano por su cabello mojado y me miró. "Emy, ¿qué necesitabas?"

Era una pregunta ridícula. Lo necesitaba a él, desnudo y tocándome. "¿A ti?" Logré preguntarle. Como si fuera una pregunta. Por Dios, ¿estaba duro debajo de la toalla? Quería descubrirlo. Ese cuerpo. ¿Cómo estaba ese cuerpo en mi habitación? ¿Cómo estaba ese cuerpo en mi habitación y yo no lo estaba acosando?

Él sonrió. "Soy todo tuyo."

Dios, era letal. Cerré mis ojos y traté de concentrarme. ¿Por qué había venido aquí? Oh, sí, la ducha. "Quise decir, quería saber si habías terminado de ducharte para poder hacerlo yo." No lo mires de nuevo y podrás sobrevivir hasta que te metas a la ducha y puedas descargarte, Emy. Quería que él me ayudara a descargarme.

Neymar rio. "Bueno, puedes ver, o supongo que por el momento no puedes…" Abrí mis ojos y lo miré con mala cara por burlarse de mí. ¿Cómo actuaría si la situación fuera al revés? "Sí, la ducha es toda tuya."

"Okey, entonces. Sólo… iré." Prácticamente corrí hacia el baño porque si me quedaba quieta por un segundo allí, probablemente quedaría más tonta y me derretiría en el piso. Su calentura me dejaba idiota. Qué vergonzoso. Esperaba poder ser una persona normal cuando estuviera vestido. Habíamos estado geniales hasta ahora. Increíble, de verdad. Era tan fácil estar con él, tocarlo y besarlo. No recordaba sentirme tan cómoda con Marcos, ciertamente no en el comienzo de nuestra relación. Neymar y yo encajábamos.

Abrí la ducha y olí la fragancia masculina del jabón que usaba. Olía tan bien. Respiré hondo mientras me metía en la ducha y dejaba que el agua recorriera mi cuerpo. Él estuvo aquí desnudo minutos atrás. Dios, hubiera deseado estar con él. No tuve las bolas para meterme en la ducha con él. Liz lo hubiera hecho. ¿Por qué no podía imitarla en un buen tiempo en vez de haber sido una completa idiota el miércoles a la noche?

Cerré mis ojos y dejé que el agua mojara mi cabello. Me preguntaba qué se sentiría que Neymar lavara mi cabello. Probablemente la mejor sensación de la tierra. Bueno, la segunda, sin contar tenerlo a él dentro de mí. Mierda. Esto no era bueno. No había manera de que lograra pasar un día entero con él sin atacarlo. Se suponía que nos íbamos a portar bien, pero no recordaba por qué. ¿Cuál era la diferencia entre tener sexo con él ahora y esperar cinco días más para hacerlo en la cabaña? Porque no había manera de que no tuviera sexo con él en la cabaña.

Liz tenía razón. Necesitaba hacer lo que se sentía bien y para mí lo que se sentía bien era estar con Neymar en todos los sentidos. Este era nuestro tiempo. Estábamos solos. ¿Quién sabría cuánto pasaría en la cabaña? Entre Gilmar y Lizz, no sabía cuánto tiempo estaríamos a solas, a menos que hicieran combustión y se encerraran en una habitación. Siempre podía tener esperanzas.

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