Capitulo 42

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El dia de hoy amaneci un poco celosa, ya que Neymar me conto que tendria que firmar un comercial de lentes de sol con una top model Mexicana, con curvas perfectas de seguro. Comenzó a hacerme cosquillas e intenté alejarme sin éxito. Sentí que algo tocaba mi cadera. Algo muy duro y muy sexy. "¿Ves, bebé? Me excitas con una pequeña risa, o una palabra sexy…"

Lo hacía y me encantaba. Lo besé fuertemente y me senté en su falda. Sus manos encontraron mi trasero y me empujó contra su polla. Habían pasado varias horas desde la ducha. Le sonreí cuando nos apartamos. "¿Sabes, hay tres habitaciones más en las cuales no hemos…?" Antes de poder terminar me empujó contra su hombro. Dios, amaba a este hombre.

"No se necesita decir nada más, bebé." Me llevó hacia las escaleras mientras reía y le daba una nalgada. Podía acostumbrarme a esto. Por lo que había dicho, tenía que hacerlo. Lo esperaba con ansias.

Xoxoxoxo

"¡Hey, tórtolos, espero que no estemos interrumpiendo!" Gilmar gritó mientras él y  Lizz entraban. Traía una botella de licor y Lizz la comida. Neymar se apresuró a ayudarla, como caballero que era. Amaba lo real que era. La mayor parte del tiempo olvidaba que él podría comprar esta cabaña en un abrir y cerrar de ojos.

"Gracias. No confiaba en mí con las botellas." Siseó Lizz.

Gilmar sonreía. "Debes admitir que estás un poco torpe hoy, sexy."

Eso no era bueno. Lizz hizo un sonido de frustración y vi que Neymar se movió a un lado. Su miedo me hacía reír. Lizz me miró. "¿Puedo hablar contigo?"

Así que sabría a fondo lo que estaba sucediendo. Increíble. Además, necesitaba repasar mis planes de mañana con ella. Le sonreí a mi novio sexy. "Seguro. Puedes ayudarme con unas cosas arriba."

Neymar arqueó una ceja pero no le diría nada. Quería impactarlo mañana.

Tomé mi bolso de vestuarios especiales y lo llevé arriba con nosotras. "¿Qué hay de malo contigo y con Gilmar?" Le pregunté cuando llegamos a la cuarta habitación, una que todavía no había explorado.

"¡Todo!" Gritó mientras se tiraba en la cama. "Está siendo un imbécil."

El imbécil que le ofreció su familia. Esa era otra cosa para esos dos. Por supuesto, no me sorprendía. "¿Qué está haciendo?"

"¡De todo para dejarme caliente y molesta y luego no me da nada!" Ella estaba enojada. Nunca había visto su rostro tan rojo. "Nunca tiene puesta una remera. Quiero decir, hay 15 grados hoy pero él actúa como si hubiera 30. Hace ejercicios con pesas que hace que sus brazos sean gigantes. Camina por toda la casa luego de su ducha. Está mojado y de toalla y…" Cerró sus ojos. "Lo deseo, Emy."

"Entonces díselo, Lizz." ¿De verdad, era tan difícil? La química sexual entre esos dos era tan caliente como la de Neymar y mía, y si él me estuviera provocando, empujaría su culo hacia la superficie más cercana y lo montaría como un semental.

"¡Díselo! ¿Sabes cuánto poder le daría? Ahora, estamos en pausa, pero nadie está al borde." Eso no sonaba muy cierto para mí, no con lo frustrada que estaba y cuan tranquilo parecía estar Gilmar. A menos por supuesto que lo estuviera actuando, lo cual era una posibilidad. ¿Quién dijo que Neymar era el único que tenía un talento de los Toiss?

"Suena como si nadie tuviera nada ahora. ¿En dónde está la diversión?"

Lizz apretó sus dientes y me miró. "Es divertido, hasta un punto. Pero también es frustrante. He hecho todo menos anunciar que lo cogería. Usé el conjunto negro que compré en Nancy Meyer." Arqueé una ceja. Si había usado eso era como si hubiera estado desnuda. "Le dije que podía mirar la maleta de los juguetes sexuales pero no lo hizo."

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