La campana que daba fin al horario escolar había sonado.
La muchedumbre de personas en el pasillo no tardó mucho en hacerse presente, las personas se empujaban e insultaban porque no veían la hora de salir de aquel lugar. Sin embargo, y para ser su primer día dentro de esta universidad, le había sido muy agradable.
— No fue tan malo después de todo. — sonrió, y sus mejillas rosadas instantáneamente se elevaron de forma adorable.
— ¡Por supuesto! En esta institución abunda la gente agradable y respetuosa. — aclaró Seokjin, uno de sus mejores amigos, aunque era un año mayor que ella.
— ¡Córrete de mi camino, maldito puerco!
La joven de cabellos negros y grandes ojos se espantó al oír aquel grito proveniente de algún chico que desconocía. Seokjin se quedó quieto en su lugar, pensando profundamente en lo que había dicho con anterioridad.
— Casi todas las personas. — se corrigió haciendo énfasis en la primera palabra, y al final soltó una risilla nerviosa.
A pesar de aquello, ella le había ido bien en su primer día. Aunque si se ponía a recordar que casi llegaba tarde por desvelarse para ver One Piece hacía querer darse una auto-bofetada por ser tan ingenua e infantil.
— Al menos tu la pasaste bien. El profesor me llamó la atención dos veces por dormirme en su clase. — YangMi era su otra mejor amiga. Era algo descuidada y no le importaba mucho los estudios, pero era muy buena persona con la chica y la quería demasiado para solamente fijarse en sus notables defectos.
Los dos chicos se rieron de la situación mientras ella los mataba con la mirada.
Sin embargo, y de repente, la dulce mirada de la joven de mejillas sonrosadas se posó en un chico. Ella afirmaría que no lo conoce, porque en ese día no se había enfocado en realizar amistades, pero con el escándalo que se desató en la hora del almuerzo podría decir con certeza que aquel chico se llamaba Lee Seungmin, el cual, al parecer, era líder de un clan llamado el dragón rojo.
Sus ojos expresivos y brillantes analizaron el líder, y, si, con tan solo darle una mirada rápida podía intimidar demasiado, y no solo por sus facciones angulosas y serias, sino que su anatomía se encargaba de hacerte sentir en peligro.
En su rostro podía encontrar, por la gran mayoría de las veces que lo observó, un ceño fruncido, que a decir verdad lo hacía mucho más atemorizante, incluso su mandíbula obtusa y afilada lo hacía. Además, su pecho era muy ancho, al igual que sus hombros. La camisa blanca que llevaba debajo de la chequera de cuero negra abrazaban con fuerza su torso, marcándose definidamente sus duros pectorales, y sus brazos eran lo que más miedo le causaba, porque, no solo parecía que estos iban a romper la camisa, si no que estaban llenos de tatuajes. E incluso, fumaba.
Claramente, todo él exclamaba: "Si me tocas, te hago trizas. Piénsalo dos veces".
Y aquello le hizo acordar el drama de el almuerzo.
Tras las puertas del comedor, podía oír un gran silencio, lo cual le llamaba la atención, porque, exactamente, era la hora del almuerzo, y todo el mundo se pelea por la comida.
Al pasar las puertas lo único que se hizo visible ante su vista fue un gran amontonamiento de gente formada en un círculo. Todos observaban en silencio, por lo que se podía oír con claridad dos voces masculinas, retándose entre ambas.
— Vamos imbécil, no te quedes ahí, ven aquí y pelea como un hombre. — al oír eso, abrió sus ojos exageradamente.
— ¿Por qué se están insultando? — le susurró a YangMi con curiosidad. La nombrada se encogió de hombros, y la tomó del brazo a la chica arrastrándola hasta el círculo de gente.
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Byakko 𒊹ᴊᴊᴋ
FanfictionPrincipalmente, tengo que comentar que la historia de estos chicos es muy cliché. Sin embargo, puede resultar interesante en distintos aspectos. Es decir, ¿puede resultar normal que una joven tan dulce como un algodón de azúcar, tan blandito, es...