La semana había transcurrido lentamente, y como solicitó Jungkook, no volví a pisar ese templo por más de que realmente anhele hacerlo. Lo más importante ahora es cuidar de mi familia, no podía arriesgarme a dejarlas desamparadas cuando allí afuera habían hombres que creían que era una amenaza para ellos por recurrir al templo de los Tigres; quizás no solo estaban planeando una estrategia para debilitar al Clan, sino que también lo estaban haciendo conmigo también. No puedo dejar que eso pasa, ¿y si se entrometen con mi familia? No podría perdonármelo, le hice una promesa a mi padre, y no la romperé. Siempre estaré al tanto de mis seres queridos.
Por otro lado, la sensación de tensión y nerviosismo en el ambiente del instituto era sumamente palpable, completamente incómodo de presenciar. Se sentía como si las personas estaban preocupadas por una razón que, por el momento, desconocía por completo; suponía que se trataba por la discusión de los jefes de los clanes, pues cada vez que se los veía en el instituto era ahogante la tensión que había, la gente evitaban a toda costas relacionarse con ellos, y eso me confundían más.
¡Solo han discutido! ¿Cuál es la necesidad de generar un clima insoportablemente inquietante en los pasillos? Por favor, ya basta, es estresante.
Al fin y al cabo, el final de la semana comenzó. Otra vez se comentaba en las aulas sobre una fiesta, a la cual YangMi y Seokjin me invitaron. Comenzaba que a mi amiga se le iba un poco de las manos el libertinaje y sus actitudes bohemias, claramente se las estaba pegando a mi amigo, pues había aceptado sin rechistar después de dejarle en claro que no se encargaría de ella si se embriagaba.
Yo por mi parte, seguía en discusión con eso.
— ¡Vamos YeongJu! No seas aguafiestas, será divertido. — animó a través de la línea telefónica. Podría apostar que ahora mismo se encontraba con una pícara sonrisa en sus labios.
¡Claro que sería divertido! Me encanta bailar y pasar tiempo junto a mis amigos. Pero... ¿dejar a mi hermanita y a mi madre sola? ¡Imposible! No dejaría que se queden solas cuando no se sabe que pueden estar planeando los Dragones. Debo estar con ellas en todo momento.
— No lo creo, YangMi. Me duele un poco la barriga. Tenías razón hoy en el almuerzo, no debía comer demasiado chocolate. — mentí realizando un pequeño gimoteo. Aunque, bueno... no miento cuando digo que ese chocolate estaba delicioso. ¡Me encantó!
— ¡Ah, mocosa! Ya sé que no te gusta que te digan "te lo dije", pero... ¡te lo dije! — exclamó con agobio. — ¡Yo quería que salgamos los tres! — reclamó como niña caprichosa, lloriqueando.
— Lo siento pero realmente me duele la barriga. — estire la comisura de mi labios en una mueca con amargura. No me gustaba dejar plantados a mis amigos, y mucho menos hacerlos sentir mal.
¡Lo siento mucho, amigos! Es por una buena causa.
— YeongJu, ¿te duele la barriga? — la voz inquisitiva de mi madre me hizo dar un brinquito encima de mi cama.
— A-Ah, sí. — confirme, fingiendo dolor al acariciarme el vientre con necesidad de generar calor con fricciones.
Mi madre me observó enarcando una ceja, puso sus manos en su cintura analizando mi expresión.
— Y YangMi me está obligando a ir a una fiesta. — hice un puchero, mientras me retorcía para hacer la evidencia más creíble.
— ¡Eso es mentira! — exclamo del otro lado del teléfono. Inmediatamente lo coloque debajo de mi pierna para que ella no arruine mi actuación. Apreté mis labios en una línea recta, siendo consiente que la ansiedad me estaba complicando las cosas.
— Está bien. — contestó mi madre, haciendo que los nervios dentro de mí se relajen un poco.
¡Si! ¡Se lo había creído! ¿Dónde está mi óscar de la mejor actuación repentina? ¡Esto debe ser premiado!
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Byakko 𒊹ᴊᴊᴋ
FanfictionPrincipalmente, tengo que comentar que la historia de estos chicos es muy cliché. Sin embargo, puede resultar interesante en distintos aspectos. Es decir, ¿puede resultar normal que una joven tan dulce como un algodón de azúcar, tan blandito, es...