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La siete de la tarde pronto se acercaba, y eso Jungkook lo sabía más que ninguno en ese salón, puesto que desde hace un momento atrás había comenzado a oír el enloquecedor tic tac del reloj, el cual estaba colgado en la pared de su templo. Intentaba con toda su voluntad permanecer dentro de sus cabales, no obstante parecía dificultarse más de lo que pensaba.

El mutismo en la sala construía una tensión que hace muchísimo tiempo no experimentaba él mismo, en carne propia. Y eso significaba una sola cosa, las cosas comenzaban a empeorar.

Su teoría no falló, él supo desde el inicio que esa niña iba a significar un gran dolor de cabeza. Pero lo ocurrido estaba fuera de sus expectativas, lo sacó de quicio.

Pronto el nerviosismo y la rabia comenzaba a invadirlo, sus compañeros estaban al tanto de ello, pues observaban cómo Jungkook iba aprehendiendo cada vez más fuerte su mano a su trabajado muslo y hacía crujir sus dientes con tal fuerza.

— Si están bromeando, juro que no tendré piedad.

La dura y oscura voz ronca del muchacho fue la causante de interrumpir el rígido ambiente que se estaba formando en aquella sala. Los muchachos receptores se miraron entre sí, aterrados de que el hombre en frente suyo no les creyera y los haga papilla con sus propios puños.

La faceta de Jeon era indiscutible; parecía despedazado, después de todo había recibido una dura paliza que por injustas razones no pudo controlar por sí mismo. No obstante, Jeon no parecía mostrar signos de dolor o padecimiento, ni siquiera debía acordarse de las heridas en su rostro; más bien, la sangre comenzaba a hervirle mientras procesaba e imaginaba los sucesos ocurridos en la fiesta en su cabeza.

— No estamos bromeando, Jungkook. — afirmó Taehyung, siempre manteniendo respeto hacia su figura. Claro, él conocía a Jungkook cabreado, y algo que no quería que ocurriera era que su jefe atentase contra él.

Bromear en momentos como estos era considerado suicida en la agrupación.

El silencio invadió en la sala otra vez, y los demás comenzaban a sentir una sensación de ahogo bajo la presión que imponía la mirada intensa de Jeon, mientras que éste hacía trabajar su cabeza con fervor.

Los aprisionaba en su seria mirada que los hacía temblar hasta las rodillas, tratando de exprimirlos para verificar sus testimonios y que no lo traten de estúpido; sin embargo nunca perdieron la postura, a pesar de temblar, en sus ojos podían ver que no iban en broma, ellos jamás lo traicionarían de tal forma, por lo que significaba una sola cosa: es la puta y jodida verdad.

Algo se removió dentro del líder, generándole un gran gusto amargo en su boca, dejó caer su peso en el respaldo del sofá y acomodó su pierna sobre su rodilla, adoptando una postura pensativa. Pero su rostro era un poema, quería desquitarse de la manera que más fuera, ya sea maldiciendo o golpeando a alguien, lo que fuese; pero terminó por abstenerse a hacer un desastre, permitiendo que sus demonios le hagan mierda la cabeza.

Una gran parte de su elevado ego comenzaba a sentirse agredido, esa niña había jugado con crueldad de forma indirecta, y eso empezaba a molestarle demasiado. Debía acabar con todo este drama lo antes posible, o ambas partes terminarían mal.

¿Cómo algo tan estúpido se le había escapado de las manos? ¿Acaso el karma estaba obrando en su contra? ¡Claramente! Y eso lo inundaba de rabia, y sus dientes no hacían más que crujir entre ellos al apretarlos tan fuerte. Sabía a la perfección que no podía evitar los movimientos justicieros del destino.

— Esto no puede ser posible... — el sarcasmo en su voz era incluso desagradable de oír. Las pequeñas carcajadas que comenzó a soltar eran secas de gracia, y eso confundía y desesperaba a sus amigos.

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⏰ Última actualización: Oct 03, 2020 ⏰

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Byakko 𒊹ᴊᴊᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora