オメガが消えた [テギ]

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Un joven omega de 20 años, con una vida por delante, apartado de su familia por la fuerza y vendido a traficantes de omegas sin corazón, así había empezado una nueva vida para Min Yoongi, a quien habían secuestrado de cuando el menor iba por un encargo que su madre le había pedido del súper. Estaba a unas calles de su casa, cuando sintió que alguien lo perseguía, asustado trato de ir más rápido, pero una sombra frente a él lo hizo detenerse, ese había sido el fin para Yoongi. Su suave cama había sido reemplazada por unos cuantos pedazos de periódico, la comida preparada por su madre había sido reemplazado por un pan con agua, su cómoda ropa ahora consistía en un pequeño short que dejaba casi todo su cuerpo a la vista. No faltaba mucho para que fuera subastado y cualquier Alfa millonario lo comprara, entonces en ese momento se convertiría en un objeto sin voz ni voto, así era la vida para algunos omegas que no tenían mucha suerte.

Yoongi abrazo a su pequeño amigo, el cual consideraba como un hermano menor, pues el pequeño temblaba sin parar, lo rodeo con sus brazos y lo pegó a su pecho, quería protegerlo del frío, pues era de lo único que podía protegerlo, el pequeño Jae se pego más a Yoongi, estaba realmente asustado, pues hoy seria la subasta y lo apartarían de su hyung. Yoongi no entendía como pudieron haberse llevado a un pequeño de 12 años, era solo un bebé y aquí estaba, encerrado en una apestosa habitación, donde les harían un montón de cosas inhumanas; dejo al menor dormir un poco más, acariciando su sedoso cabello para relajarlo, había adaptado ese papel de madre para él, pues estaba en su naturaleza proteger a los menores, su pequeño Jae... Temía apartarse de él, de que algún malvado lo comprara y abusara de su pequeño, lágrimas de impotencia cayeron de sus ojos y se deslizaron por sus mejillas, si tan sólo fuese un alfa los podría haber protegido, pero era un omega, un omega que tratarían como un objeto.

—Ya llegó la hora, levantense todos para que se den un baño y se pongan bonitos — dijo un guardia

—Yoonie... No me quiero separar de ti, me pondré muy triste si eso pasa — sollozo el pequeño.

—Jae... Haré todo lo posible porque no nos separen, lo prometo — abrazo con fuerza al menor de edad

Cuando llegó su hora de tomar su baño Yoongi se aseguró de sostener la mano del pequeño todo el tiempo, se bañaron rápidamente y fueron trasladados a otra de las habitaciones, donde les colocaron prendas mínimas de ropa, con la excusa de que tenían que llamar la atención y ser apetitosos para sus compradores, estaban a unas horas de ser vendidos a cualquiera, Yoongi le rogaba a la madre luna que le diera una oportunidad se poder estar con el pequeño, un pequeño que era como su hijo. En cuando había llegado vio al pequeño arrumbado y temblando de frío, su omega rápidamente fue a socorrer al cachorro y protegerlo, justo como lo haría una madre. El tiempo transcurrió y ya estaban haciendo las filas de omegas que pasarían poco a poco, a los más rebeldes les suministraron un poco de calmantes y sedantes, para que estuvieran tranquilos y sumisos, Yoongi supo que debía calmarse pues necesitaba estar en todos sus sentidos si quería hacer algo por el pequeño.