Capítulo 8:

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Buenas! ¿Qué tal la semana? Espero que bien.

Venía a informaros que no subiré hasta el sábado que vine debido a exámenes y deberes.

GRACIAS POR LEER:)

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La mujer se aclaró la garganta y respiró hondo.

-Hay algo fascinante en los resultados-advirtió con recelo-Todos son idénticos menos el de Storybella Sanders-explicó ceñuda.

Casi me atraganto con mi propia respiración, me iba a desmayar en muy poco tiempo…

-En la primera de las pruebas, el líquido que os introducimos en la sangre no os tendría que haber afectado en absoluto, sin embargo, a vosotras os produjeron la pérdida de la conciencia o pesadillas, pero a la señorita Sanders le produjo recuerdos-continuó.

Así que todo era verdad. La familia que creía que era mi familia, en realidad no lo era…Todos mis recuerdos, mis frustraciones, mis problemas…no son reales, nunca existieron, ¿no?

-En la segunda prueba, el casco de ultrasonido, os debería haber afectado muchísimo, en términos exactos, deberíais haber perdido la conciencia a los cinco minutos, pero vosotras no lo oíais, salvo la señorita Sanders, que lo oía, pero de pronto dejó de oírlo-siguió con su explicación-Y en la tercera prueba, el suero de la verdad, os tendría que haber afectado y haber contestado con sinceridad al test, pero a vosotras no os afectó, sino que os produjo una reacción alérgica, sin embargo, a la señorita Sanders no le afectó en absoluto-terminó de explicar.

Guardó la hoja en un bolsillo de su bata blanca y nos miró con admiración.

-Mañana os introduciremos un suero para saber si hay radiactividad en vuestro organismo-afirmó-Que descanséis-se despidió.

Igual era eso. Quizá tenía un poco de radiactividad en mi cuerpo, y eso me causaba alucinaciones…sí, desde luego es lo más probable y lógico.

La mujer cerró la puerta y nos quedamos en silencio, ya no quería saber mi futuro, ni nada que tuviera que ver con todo esto. Lo único que quería era olvidarme del tema, quizá comer algo me ayudaría.

Llamaron a la puerta, Jason y Kevin entraron con unas cuantas mantas, ropa interior y ropa de vestir limpia, comida y chocolate caliente.

Mmmm…justo lo que necesitaba.

Al ver a Jason una pequeña sonrisa se me escapó, me ruboricé un poco cuando me miró de soslayo y sentí mariposas en el estómago.

-Chicas, os traemos ropa limpia y comida-informó Kevin con una sonrisa. Luego se fue a consolar a la pequeña Emily.

Jason se acercó a mí y me entrego una taza con chocolate caliente. Al rozar su mano con la mía sentí una conexión muy extraña, pero llena de confianza y buenas pulsaciones. Nos miramos a los ojos y dejé de pensar en todo lo que me carcomía la cabeza, tan solo estábamos él y yo.

Se separó de repente y fue a entregarle una taza con chocolate a Priscilla.

De comida, nos habían traído bollos rellenos de crema-mis favoritos-, donuts, palmeritas de chocolate y azúcar, y galletas de canela.

Nos repartieron la ropa interior.

-¿Utilizas la noventa, Bella?-preguntó picarón Jason, mirándome los pechos.

Me sonrojé y asentí. Él sonrió y me entregó el sujetador limpio con un juego de bragas azules. También me dio un pijama que consistía en una camiseta suya y ropa limpia-dos camisetas de tirantes y un tejano-un poco ajustados para mi gusto.

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