La seducción de Stark (Stony)

8. Seguridad

Después de asegurarse de que el equipo se encontraba en mejores condiciones, Tony descendió a su taller esperando que Steve acudiera a él para enfrentarlo de nuevo. Durante toda la práctica no le había dirigido ni una mirada, ni siquiera en la sala de curaciones, solo se concentró en hacer su labor para después retirarse y esconderse en su cueva para por fin pasar de frío a caliente de nuevo.

Se mordió el labio imaginando a Steve confundido por su indiferencia para después enloquecerlo con un arranque pasional. Estaba casi seguro de que esa noche volvería a ser una para recordar, Steve estando furioso y desquitándose en la cama había sido una de sus mejores experiencias.

—Señor, el capitán se acerca —anunció Jarvis y ya ni siquiera esperó la instrucción, bajó la intensidad de las luces hasta convertir el taller en el lugar perfecto para seducir.

Tony se puso de pie y le dio la espalda a la puerta fingiendo que acomodaba las herramientas desordenadas de su escritorio.

—Tony —escuchó hablar a Steve con suavidad desde la entrada.

No pudo evitar la sorpresa en su expresión al voltear a verlo. Era la primera vez que le hablaba de manera tranquila y lo más importante, usando su nombre.

—Pasa, Steve —correspondió a la repentina confianza usando el mismo tono.

El capitán entró al taller y se acercó hasta que estuvieron frente a frente. La mente de Tony trabajaba de manera rápida para reajustar su plan, había esperado a un capitán furioso, no a ese Steve tan calmado quien ahora hasta por su nombre le hablaba. Necesitaba encontrar la forma para enfurecerlo y hacer que la lujuria despertara en ese poderoso hombre.

—Quiero agradecerte por tu trabajo el día de hoy —mencionó Steve con formalidad levantando el mentón—, debo decir que me siento satisfecho por tu desempeño.

—Es un buen inicio —concedió con una sonrisa coqueta—, al menos puedo brindarte algún tipo de satisfacción cuando todos nos están observando.

Esperó que el comentario rompiera ese buen humor y despertara el lado salvaje del super soldado. Sin embargo, Steve permaneció imperturbable sin desviar la atenta mirada de sus ojos.

—Fury me informó que aprecia la forma en como nos coordinamos para la práctica —siguió hablando ese formal hombre ignorando por completo su comentario—, y desea que planeemos juntos una nueva misión.

—Preferiría cumplir tus deseos, capitán —siseó siendo un poco más directo.

No hubo ningún tipo de respuesta de Steve, solo permanecía serio esperando poder seguir con su conversación. Una pequeña molestia se instaló en su mente, aun así, no se rendiría, Steve terminaría en su cama esa noche sí o sí.

—Estaba pensando practicar el uso de armas —siguió hablando el capitán y aprovechando que tenía toda su atención colocó las manos en esa cintura para comenzar a recorrerlo sobre la ropa apreciando los músculos de ese firme torso—, sé que tienes algunas armas reservadas para los agentes y creo que es el momento para liberarlas, están listos para ellas.

—Y yo estoy listo para ti —susurró siguiendo su camino hasta los pectorales de ese hombre— ¿sabes a lo que me refiero? Digamos que tuve tiempo para prepararme y dejarte entrar.

Comenzó a frustrarse de verdad cuando vio que Steve se mantenía imperturbable a pesar de que podía percibir un suave calor proveniente de ese gran cuerpo.

—De acuerdo —contestó Steve inalterable— ¿y que esperas con ello?

—Quiero despertar tu lado salvaje —respondió excitado llevando una mano a la entrepierna que se sentía un poco endurecida bajo las ropas— quiero la pasión del super soldado.