La seducción de Stark (Stony)

11. Ejercicio

Tony sintió que apenas habían pasado un par de horas de descanso, cuando el gran cuerpo cálido a su lado se movió con la intención de escaparse de sus brazos y piernas.

— ¿A dónde demonios vas? —Gruñó disgustado aferrándose a él con mayor fuerza.

—Debo hacer mis ejercicios de calentamiento —escuchó la ronca voz de Steve a la vez que las grandes manos intentaban apartarlo.

—Hoy es día de descanso —reclamó levantando el rostro para encararlo, su molestia aumentó al ver una sonrisa divertida— ¿acaso no sabes lo que es un día de descanso?

—Sí, lo sé —aceptó Steve empujándolo con mayor fuerza hasta escaparse de su apretado abrazo—, pero el crimen no descansa y yo tampoco, debo mantenerme en forma y estar listo para cualquier emergencia.

—Ahora pareces de nuevo el chico virgen que todos creen que eres —intentó molestarlo para que regresara a la cama.

—No caeré, Stark... no tan temprano —vio a Steve dirigirse al baño y no pudo evitar sonreír satisfecho porque prácticamente era un promesa de que en la noche regresaría a su lado y pasarían unas horas de diversión.

Después de unos minutos, el capitán salió del baño con la ropa sucia puesta y comenzó a caminar hacia la puerta de salida.

—Creí que tenías ganas de pasar tiempo conmigo —dijo Tony intentando reprimir lo más que podía su decepción—, pero creo que ha quedado claro que solamente deseas mi compañía nocturna. Y no está mal, solo quiero que me lo confirmes, me gusta jugar, pero me gusta saber que soy un jugador y no un juguete.

—Quiero pasar el día contigo —respondió Steve deteniéndose frente a la puerta— y regresaré a tiempo para que desayunemos juntos, por el momento vuelve a dormir y nos vemos en unas horas.

El capitán salió de la habitación y Tony se quedó perplejo al ver que no había respondido su pregunta.

— ¿Horas? —Preguntó a la nada en completa confusión analizando un poco la respuesta del soldado— ¿Pues qué hora son?

—Las cuatro de la mañana, señor Stark —confirmó Jarvis con naturalidad.

— ¿Qué demonios? —Volvió a hablar con confusión— ¿Este es un comportamiento normal? ¿De verdad Steve sale a hacer ejercicio a estas horas?

—No, señor —volvió a confirmar Jarvis—, el señor Rogers sale a entrenar a las tres de la mañana, pero esta vez se quedó un rato más para acompañarlo.

—Eso último te lo inventaste tú —reprendió a su inteligencia artificial volviendo a recostarse para acomodarse en su gran cama.

—Es lógica pura, si lo analiza con cuidado puede llegar a la conclusión de que el señor Rogers pospuso una hora su entrenamiento para compartir ese tiempo con...

—Jarvis, ya cállate —pidió con un suspiro cansado—, déjame dormir, quiero descansar.

No hubo ningún tipo de respuesta ni ruido alguno, por lo que se quedó dormido con mucha facilidad.

*****

Tony sintió de nuevo que el tiempo pasó muy rápido, sin embargo, ya eran casi las 6 de la mañana, el amanecer comenzaba a hacerse notar y Jarvis no paraba de lanzarle alertas para que se levantara.

— ¿Qué quieres? —Se quejó sentándose en la cama con brusquedad deseando que su asistente tuviera forma humana para poder patearlo.

—El señor Rogers está terminando con sus ejercicios —notificó Jarvis mostrándole un holograma donde se veía que estaba trotando en el campo cercano al bosque—, creo que es la oportunidad perfecta para alcanzarlo, señor.