D O S

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— Freddy, me darías el otro walkie-talkie que tenemos — el pelicastaño oscuro lo miró —. Él otro lo deje en casa de mi...mentor?

— Cuenta la historia y te lo daré — le sonrió ampliamente.

El ojiverde asintió de mala gana y comenzó a explicarle la situación que lo llevó a buscar a John Constantine, que casi fue devorado por aquellas criaturas, cómo iba a ser humillado pero que al final, obtuvo la ayuda.

— Vaya viejo — Freddy se cruzó de brazos al estar acostado en la cama —. Todo en un día, que genial!

— Y ahora debo ayudarlo siendo la carnada — metió algunas cosas en su mochila —. La carnada...yo!

— Y a todo esto no irás a la escuela? — preguntó mirándolo —. A este paso te quedarás en preparatoria, así como un fósil.

— Freddy no — rodó los ojos —. Esto es importante, sólo faltaré a la escuela estos dos días. ¿Qué puede pasar?

— Que te quedes como un fósil. Serás "Dedos fósiles Chispeantes" — asintió sonriendo —. Queda excelente el nombre!

— Me voy. Que te vaya mal y espero te coman algunas salamandras que encuentres en el baño — se despidió de mano.

— Y yo a que te coman tu primera vez siendo carnada! — le gritó de vuelta mientras se despedía de mano igualmente.

Billy rodó los ojos riendo y salió de su casa antes que todos, aunque Victor era el primero en salir.

«No seas tan malo el día de hoy, Constantine»










— Sabes que esto no es un juego de niños de primaria? — el pelinegro lo miró cruzando sus brazos —. Levántate y enfócate.

— Para ser carnada necesito enfocarme? — preguntó suspirando y a la vez levantándose —. A todo esto, qué es esto?

— Una práctica que te ayudará a salvar tu trasero — contestó y encendió un cigarrillo —. No quiero que en un momento llegue a tener que salvarte — negó —. No eres una damisela en peligro como para hacerlo.

— Bueno no una damisela pero si un caballero en peligro — alzó los hombros —. No suena convincente para ti?

— Hazlo de nuevo.

— Ugh.

Constantine miraba determinadamente todos los movimientos que el menor hacía, para su edad sabía defenderse bien a golpe, aunque le faltaba aquel toque.

— Listo — con un parpadeo de ojos, Billy no encontraba a aquellas cosas que John había sacado para su entrenamiento —. Aún te falta, pero por ahora sé que puedes defenderte un poco.

— Eso significa que pase por lo mientras? — preguntó alzando una ceja. «Oh que bien!». Billy quería sonreír pero se mantuvo firme.

— No. Pero al menos no me sentiré mal ni me haré cargo si te comen y la Liga vendrá hacia a mi — seguía con su cigarrillo, pero por un momento lo sacó de sus labios y lo miró —. Zatanna me dijo que estás con la Liga, cierto?

— Uh duh, ayer también te lo dije cuando te daba mi explicación para-

— Excelente es hora de irnos — tiro el cigarro para pisarlo y cerró aquel libro que tenía en su estante.

— Oye por cierto — carraspeó el castaño —. Mi walkie-talkie esta por aquí?

— Justamente aquí — lo sacó de su bolsillo para mostrarlo —. Pero, viéndolo bien, sería bueno que me lo quedara.

Shazam: Un rayo en el infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora