C U A T R O

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— No se si esto en verdad funcione — carraspeó nervioso el ojiverde —. Es decir, ya hubiéramos ido con Sivana a patearle la calva para sacarle la sopa sobre qué me hizo — bufo —. No quiero seguir siendo la carnada — lo miró con ojos de cachorro.

— Te he dicho que esas miradas en mi, no funcionan — negó con la cabeza —. Y si quieres el lado fácil de las cosas, lo hubieras hecho tú solo.

— Auch.

— Te lo dije una vez, Billy. No quiero repetirlo nuevamente — el pelinegro lo miró —. Esto te ayudará a ser más responsable y fijarte en lo que haces.

— Lo se — Batson se sentó en el suelo y jugaba con aquella piedra pequeña lanzándola en ambas manos de un lado a otro —. Sólo que...extraño al fortachón, es todo.

— Y el fortachón a ti — suspiró Constantine sobando el tabique de su nariz —. Esta vez intenta correr más o al menos no estorbarme en mi jodido camino.

— Amigable.

— Andando.

El ojiverde asintió de mala gana levantándose de paso y seguir a su ¿mentor? nunca supo cómo llamarle a final de cuentas.

Una vez lo llamo "compañero" y eso ocasionó un empujón del mago hacia el menor tirándolo al suelo junto con unas palabras como «Me llamas así nuevamente, y esta vez te lanzaré lejos de la tierra». Claro que le daría igual...si estuviera Shazam presente.








Al día siguiente cuando Billy salió de clases, que realmente iba a faltar ese día pero por a petición de Clark (y no quería desobedecerle menos a él) fue al colegio, llegó directamente al mismo lugar donde ve al mago.

Abrió la puerta y vio todo hecho un desorden, algunas botellas de cervezas a mitad del camino y observo al pelinegro acostado en aquel viejo sofá, soltando uno que otro ronquido.

— Deberías ser limpio al menos — susurro el ojiverde cuando tomó una bolsa negra de ahí y comenzó a levantar cada botella.

Claro, él odiaba hacer la limpieza en su habitación, pero ver qué otra persona rebasaba su límite de higiene, le hacía limpiar. Y odiaba limpiar, mucho más cuando no lo hizo él.

— Constantine, ya despierta — le movió un poco el brazo pero sólo obtuvo que el pelinegro se moviera sin abrir los ojos —. John Constantine, es hora que levantes ese maldito y flojo trasero!

Movió más el cuerpo del mayor, pero no obtuvo nada aún. Sólo sintió un escalofrío por su cuerpo y escuchó cuchicheos detrás de él.

— ¡Que mierda! — vio como unas criaturas se acercaban hacia ellos.

John abrió los ojos rápidamente y se levantó, mirando a Billy:— Por qué llegas tan temprano? — gruñó.

— J-John...tenemos compañía — Billy le señalo a aquellas criaturas —. Se parecen tanto a ti...

— Tranquilo, es sólo un sueño...qué haces en mi sueño? Generalmente cuando sueño con alguien es porque me la está maman-

— ¡John esto es real! — Billy saltó al sofá cuando vio más salir, detrás de aquellas paredes, en las ventanas y a su frente de ellos.

— Con un carajo, Billy. Que esto no es-

Y al sentir como uno de ellos se aventó hacia él y lo mordió, soltó una maldición y lo aventó lejos de ahí.

— Te lo dije! ¡Te lo dije! — el ojiverde le decía a su lado del sofá.

— Oh mierda — John se levanta del sofá y comienza a aplastar cada uno de ellos —. Vas ayudar o te quedarás ahí? Mocoso.

Shazam: Un rayo en el infierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora