Las semanas habían pasado y algo había cambiado. No sé con exactitud si yo estaba mal, pero de verdad sentía que algo no era igual.
Juls sonreía con mucha más constancia. Pasamos de simplemente balancear nos en el típico columpio, a jugar como niñas pequeñas en los demás juegos. De vez en vez nos perseguiamos mutuamente, y al encontrarnos nos atacabamos con consquillas.
— ¡Bájame ya! — pataleé, saltando sobre el asiento del sube y baja. Juls me había dejado arriba, mientras reía escandalosamente por mí insistencia en ser bajada — ¡No es gracioso!, ¡Bájame! — lloriqueé, ocasionando que ella se regocijara más. Apreté con fuerza la base y seguí pataleando — ¡Juls, bájame ahora!
— La pequeña Val le teme a las alturas...— canturreo, sin ánimos de bajarme — Eres una bebé.
— ¡No es miedo a las alturas!, ¡Me estoy resbalando y es incómodo acá arriba! — luche por volver a reincorporarme, y al hacerlo Juls me bajo, ocasionando que cayera de espaldas al césped detrás de mí. Jadeé, sentándose segundos después — Me lastimaste...eres mala — dramátice, frotándome con exageración el brazo izquierdo.
— Te veías feliz allá arriba — ella se acercó y grande fue mi sorpresa al momento en el que me subió a su regazo — Mi pequeña Val, estás tan grande...
Mi corazón se aceleró y pese a que trate de darle un corazón en el estómago para que me soltará, ella sencillamente río y me brindó un eufórico abrazo, pegandome cada vez más a su cuerpo.
— M-me estás aplastando...— su toque siempre fue suave y delicado. En realidad, estaba tratando de encontrar un pretexto para alejarme y que los nervios no terminarán por matarme — Juls...
— Hermosa — musitó, alzando su mirada. Sus ojos se veían brillantes y podía jurar que tenían evidente felicidad reflejada. Inhale profundo, al mismo tiempo en que sentí mis mejillas arder — Hermoso y precioso tomatito.
— Estás a-actuando raro...
— A ti no parece molestarte — mi boca se secó. Desvíe mi mirada y exhale pesadamente, tratando de controlar mi demandado corazón. Por supuesto que no me molestaba, pero el tenerla así de cerca daba ilusiones que quizá no debería tener — ¿Estás bien, Val?, Estás demasiado roja.
— E-estoy bien.
Volvimos a mirarnos, y sin anterioridad estaba nerviosa, en ese instante estaba a punto de desmayarme.
Juls acercó peligrosamente su rostro al mío, tal parece con la intención de besarme. Quise llorar de felicidad.— ¡Valentina! — llamo una voz conocida.
Lo peor es que, aveces, solo recuerdo las cosas que quiero, — o me conviene —, recordar.

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MY BLOOD [JULIANTINA]
Fanfiction«Crearé cuántas historias ficticias sean necesarias. Si tú estás en ellas yo haré lo posible por mejorarlas cada vez, hasta que se conviertan en una realidad»