VIII. Ojalá...

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Desde el lunes que los ensayos han sido matadores hasta el punto de sacar ampollas pero bueno, no debería quejarme de aquello que amo. Pero tanto ensayo llevo a que me olvidé de hacer un trabajo práctico teórico que tenía pendiente y es PARA MAÑANA. No es mucho pero lleva su tiempo.

—¡Hobi hyung! —me llama Jimin desde la puerta de la sala de ensayos.

Limpio mi cara y cuello con una toalla mientras me giro hasta donde proviene su voz. Entra con un pequeño trote hasta donde estoy.

—Vamos a ir de práctica extra a un salón nuevísimo que nos prestan y con todas las comodidades. Además de que podemos ayudar a los chicos que van a hacer danzas ahí —comenta entusiasmado—, ¿te nos unís?

—Mmmm —mientras pienso, sueno mi cuello— ¿Cuándo? ¿Hoy?

—¡Sí, sí! Ahora ya iríamos para allá.

Wow, imagino cuál debe ser el salón del que habla. La universidad estuvo muy interesada hacer lazos con ellos para expandirse a más gente y llegar a posibles futuros estudiantes. Y es lugar muy prestigioso y con cuota mensual excesiva, pero bueno, es famosa por eso. Tienen buenos coreógrafos y hasta muchos famosos empezaron ahí o pasaron por ese lugar para perfeccionarse.

AY, PERO MI ESTÚPIDO TRABAJO PRÁCTICO.

—Oh, me encantaría ir pero tengo un trabajo que entregar mañana y ni empecé.

—¡Ay, hyung! —se acerca y me revolotea los pelos—, ¿cómo vas a ser así de olvidadizo? Está bien que ames bailar pero hay otras materias que aprobar también.

Agacho la cabeza y sonrío. TIENE RAZÓN pero me dejé llevar.

—Bueno, ¿nos vemos en la noche entonces? —me pregunta.

—Sí, preparo la cena y todo.

—SÍII, AMO TU COMIDA —me abraza.

—Y... no podemos vivir a ramen, Jiminie —le pincho un costado y le genera cosquillas.

—Ay, ¿te dije que sos un genio, Hobi hyung? —sonríe hasta que se le pierden los ojos.

—Ya te voy a enseñar más recetas que me pasó mamá. No podemos seguir comiendo lo mismo siempre —le digo graciosamente, aunque sea todo REAL. Jimin sólo sonríe.

—¡Prometo aprender, hyung! ¡Voy a hacer mi mejor esfuerzo! —levanta un puño en el aire y comienza a irse. Me saluda felizmente desde la puerta para luego irse.

Junto mis cosas y me dirijo al departamento. Primer meta: DARME UN BAÑO PORQUE ESTOY MUERTO.

Llego, dejo el bolso, saco la ropa para lavar y me doy un baño. Suspiro cuando salgo refrescado. Miro los libros y quiero salir huyendo pero decido que tal vez sería mejor buscar alguna biblioteca o un lugar distinto para concentrarme más y cambiar de aire. Preparo mi otro bolso con todos los apuntes, útiles necesarios y la laptop que mi madre me regalo antes de venir acá. Con todo listo, salí de vuelta al mundo exterior.

Caminé unas cuadras, mirando los autos, los niños jugando, el parque, cómo la brisa hacía bailar a los árboles y el cielo celeste en todo su esplendor. Venía tan distraído con todo que nunca me percaté de hasta dónde me trajeron mis pies.

Yo quería ir a alguna biblioteca.

O terminar en algún parque no tan concurrido donde no me distrajera el ruido.

Pero por alguna razón, estoy frente al café.

Se ve bastante concurrido el día de hoy, pero no está abarrotado de gente.

En las nubesWhere stories live. Discover now