MAJO.
Dios mío, ¿Qué había pasado anoche? ¿Y cómo fue que terminé en ese lugar? Miles de imágenes se me pasaron por la cabeza.
Erick pareció notar que ya me había despertado y abrió los ojos para encontrarse con los míos, que seguramente mostraban una gran confusión.
— ¿Qué sucedió? — fue lo primero que le pregunté. No recordaba nada desde el momento en el que él se quedó con Samantha, que si no estaba mal, así se llamaba. Y mi cerebro me mandaba pensamientos que me ponían peor.
— ¿Qué crees? — me dijo y me acarició el brazo con sus suaves y grandes dedos.
Se me fue la sangre del rostro. Inmediatamente me levanté de la cama e hice el intento de amarrarme el cabello en señal de desesperación, pero caí en cuenta de que tenía un suéter que sabía perfectamente de quién era, y al levantar los brazos me dejó la parte baja de mi cuerpo descubierta, y resulta que debajo no tenía más que mi ropa interior. El momento no podía ser mas vergonzoso. Sentí la sangre llegar a mis mejillas de forma desesperada.
Él no hacía más que mirarme divertido, cosa que me ponía peor.
— ¿No me digas que...? — dije como pude, dudé en hablar, ya no sabía ni que pensar.
Su habitación, su cama, él al lado mío, no recordaba nada, solo estaba cubierta con su suéter encima de mi ropa interior. ¿Qué significaba eso?, Dios mío, no, no, no, no, no. Eso no podía ser. Él solo seguía mirándome desde la cama, aún acostado.
— ¡Dime! — le grité, demasiado nerviosa para el bien de mi salud. Sentía mi cuerpo temblar como una pluma.
— ¿¡Tan mal te pone el solo pensar que llegue a pasar algo entre nosotros!? — me gritó poniéndose de pie, repentinamente furioso y haciéndome pegar un brinco — si estás pensando que me aproveché de ti mientras estabas casi inconsciente, ¡No!, ¡Rayos!, Yo no sería capaz de hacerte eso a ti. El tipo con el que estabas, si, él si.
— ¿De que estás hablando? — yo no comprendía que me estaba diciendo — por favor, cuéntame qué pasó ayer después de que te quedaste hablando con aquella chica. — le dije con un deje de súplica y aún más nerviosa que antes.
— Te enrollaste con un tipo al que, si no estoy mal, ni siquiera conocías, permitiste que te manoseara. Mientras yo los veía — le dio un golpe seco a la mesita que estaba cerca de él. Las últimas palabras las dijo más para él que para mí, pero las llegué a escuchar. Aun seguía sin entender — pero le enseñé a ese idiota que no se meta por lugares equivocados.
De la nada comencé a recordar algunos retazos de momentos. Golpes, sangre, un chico diciéndome que mi mejor amigo estaba enamorado de mi y de la nada me besó.
prueba que no haga nada o no te reclame ante esto...
Sus palabras resonaron en mi mente.
La reacción de Erick si que había sido del todo inesperada, él no era para nada violento, por eso me gustaba, seguro se había dejado llevar por el alcohol que yo suponía había estado bebiendo, Pero ¿Y si no?. Momentáneamente sentí un poco de esperanza, ¿Sería cierto que él sentía algo por mi entonces?.
— No puedo permitir que se aprovechen de ti, eres como mi hermana menor — pareció sospechar de que manera me había tomado las palabras que dijo, e inmediatamente se corrigió. Bajando todas mis expectativas con esa palabra, "hermana", cuanto quería yo que me viera más allá de eso...
Se acercó y me abrazó. Hundió su cabeza en mi cuello. — disculpa si me pasé, o si te molestó mi actitud, solo no soporto que... — dudó lo que decir — que se aprovechen de ti, y más en frente de mis ojos, cuando puedo defenderte.
ESTÁS LEYENDO
Buscando La Felicidad.. [EN EDICIÓN]
Teen FictionElla... Ella era una chica hermosa e inocente, con un enorme corazón, siempre dispuesta a dar sin esperar algo a cambio, llenaba de alegría cada lugar al que llegaba, tenía un hermoso mejor amigo del que estaba enamorado y a leguas se veía que era c...