CAPÍTULO 4

35 11 10
                                    

MAJO.

Salí de mi habitación con una maleta en mi mano, dispuesta a enfrentar a quien fuera necesario. No podía aguantar ni un segundo más en ese lugar.

Cuando Erick me ofreció que me quedara en su casa hasta que pudiese encontrar algo mejor, la idea me pareció completamente absurda... ¿Vivir bajo el mismo techo de la persona de la que estás enamorada, y que este sea tu mejor amigo? Sólo podía pensar una cosa: eso no podía terminar bien, terminé por aceptar porque era cierto que no quería estar ahí, y cualquier idea por absurda que me pareciera, era mejor que seguir soportando aquella tortura.

- ¿A dónde vas con esa maleta María José? - me dijo Mónica interceptandome a mitad de camino.

- A un lugar, lejos de ti y de todo lo que te rodea.

- No me digas, ¿Es en serio? - canturreó - ¿Y de casualidad ese lugar es con Erick?

- ¿A ti que te interesa?, Déjame en paz.

- ¿Qué me interesa?, Por Dios, María José, eres mi hija com...

- ¿Tu hija? - la interrumpí - No lo creo, ¿Qué madre trata a su hija de la manera en la que tú lo haces conmigo? - me observó en silencio, como esperando algo más - ¡Dime!. Me voy a largar de este lugar Mónica, me voy a largar lejos de ti, para nadie es bueno rodearse de personas como tú. - y algo cambió en su mirada, pareció odio, más del común, o asombro, no lo sé, pero parecía ofendida de verdad.

- ¿Te quieres largar? Está bien, hazlo. Anda. Lárgate, pero absolutamente nada de lo que está en este lugar te pertenece - y me arrancó la maleta de mis manos - ni siquiera esto.

- No lo puedo creer, madre - dije haciendo énfasis en la última palabra. Me giré con la intención de irme.

Pero antes de salir ella me dijo una última cosa:

- Y olvídate de la universidad.

*****

- No puedo creer que tú madre haya hecho eso - dijo sentándose en la que ahora sería mi cama. Yo lo veía recostada en la puerta de la habitación - ¿Qué harás?

- No lo sé Erick, la entrada a la universidad es en apenas una semana, supongo que Mónica buscará la forma de que mi inscripción no sea válida.

- ¿Es eso posible?

- Para ella todo lo es. No me dejarán inscribirme en una universidad pública, y si lo hicieran, ¿A estas alturas? No lo creo. Me la ha puesto difícil Erick - dije agachando la mirada.

- Hey, bombón - habló acercándose a mí y levantando mi cara para que lo mirara - ¿Por qué no aceptas mi ayuda?

- ¿Como crees?, Me ayudas demasiado con el solo hecho de aceptarme en tu casa.

- Majo, sabes que no es problema para mí. Además, para eso estamos los amigos ¿No?

- No te preocupes, ya buscaré la manera de costearme mis cosas y entrar a la universidad, podría esperar mitad de año o el otro quizá - le sonreí de lado para que viera que estaba segura de lo que decía. Él me seguía mirando con desconfianza - en serio Erick, podré con esto. Siempre puedo.

Al final asintió y se marchó para que pudiera organizar el lugar donde me quedaría. Era la habitación de invitados, y era realmente grande.

Cuando terminé de organizar ya era de noche. Estaba agotada, había sido un completo día de mierda. Me tumbé en aquella suave cama, y cuando estuve a punto de caer en un profundo sueño, entró alguien.

- ¿Estás dormida? - abrí un ojo para verlo.

- ¿Qué quieres?

- Nada, solo pasaba a molestar.

Buscando La Felicidad.. [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora