La chica que una vez fui

Capítulo 7: Kagami

- ¡Ven Adrien! ¡El sol está estupendo! – grito Kagami metiéndose al agua azul de las playas de Niza.

- Voy – le respondí levantándome y corriendo hacia ella. Nadamos un poco en el mar y regresamos debajo del paraguas, para conversar un poco.

Kagami llevaba un lindo traje de baño rojo, se recostó a mi lado para contarme que le gustaba mucho este paseo, yo le sonreí antes de darle un repentino beso que la sorprendió, pero casi inmediatamente me correspondió.

Luego recogimos nuestras cosas y fuimos a dar un largo paseo por la cuidad. Pronto nuestras vacaciones terminarían pero en este momento para mí no había nadie más que Kagami.

Observamos la puesta de sol mientras tomábamos un batido helado en el balcón de un restaurante.

A la mañana siguiente tuvimos que regresar a París. Kagami parecía desanimada y se durmió en mi hombro la mayor parte del regreso.

Kagami... se ve tan hermosa mientras duerme, sus ojos cerrados y su cuerpo completamente relajado, rara vez esta tan relajada cuando esta despierta ¿Quizá debería dejar de dudar y proponerle dar el siguiente paso?

Los regresos siempre parecen tan cortos, antes de que me diera cuenta el tren estaba a nada de llegar a París, las seis horas y media que duraba el viaje me habían resultado agotadoras cuando íbamos en dirección a Niza y ahora se me habían pasado volando.

Estuvimos dos semanas en Niza, nos olvidamos de nuestros problemas y yo logre concentrarme en Kagami todo el tiempo sin recordar casi a Marinette, por la mañana nadábamos en la piscina del hotel, luego de desayunar íbamos a la playa, por las tardes paseábamos o nos inscribíamos en algún tour.

Fueron unas vacaciones muy divertidas, pero cuando regrese a casa tendré que volver a ser el obediente hijo de Gabriel Agreste y el perfecto modelo, también volveré a ser el defensor de París, volveré recorrer los tejados sin más compañía que la luna y el silencio de la noche... volveré a recordar que my Lady se ha marchado.

Solamente pensar en eso me daba ganas de bajarme del tren, cargar el cuerpo dormido de Kagami y usando mis poderes de superhéroe saltar para regresar corriendo de vuelta a Niza.

Félix esta en casa... me había olvidado por completo de él. ¿Tendrá algún motivo en especial para quedarse tres meses en París? Yo ya lo consideraba ciudadano inglés.

Quizá pueda intentar retomar... no, entablar esa relación de hermanos que siempre debimos haber tenido.

Saque celular para ver la hora, llegaríamos dentro de poco... cuando lo abrí para revisar los mensajes, el grupo de mis compañeros del colegio estaba bastante activo, era lógico, mañana seria el aniversario de la desaparición de Marinette, estaban preparando todo para nuestra tradición de visitar al último lugar donde la vimos.

En esta ocasión era mi turno de poner la casa para la reunión que hacíamos después de dejar las flores... tenía que avisarle a mi padre que llevaría a mis amigos mañana, él sabía lo que significaba para mi esta fecha y nunca me ha impedido que me reúna con mis amigos, seguro no me dirá nada por avisarle un día antes... por otra parte ¿Qué opinara Félix al respecto? De lo poco que se dé él es que no es la persona más extrovertida del mundo, tal vez le moleste que haya gente desconocida merodeando por la casa, de seguro lo entenderá, cualquier persona con un corazón en el pecho entendería lo que significan para nosotros estas reuniones, y Félix debe tener uno ¿Verdad?

Cuando llegamos, mi chofer vino a recogernos, dejamos a Kagami en su casa y regresamos a mi mansión. Tire descuidadamente las maletas dentro de mi habitación y fui al despacho de mi padre.

- Buenas tardes, padre – salude cuando me permitió entrar.

- Buenas tardes, Adrien, me alegro que hayas regresado.

- Si... - dije algo vacilante -. ¿Sabes que se día es mañana verdad?

Mi padre frunció el ceño como si le pareciera una pregunta tonta, en ese momento pareció recordar algo y desvió la mirada.

- El aniversario de la desaparición de tu amiga de la secundaria

- Si, este año tenemos que reunirnos en mi casa... – le informe, él sabía que mis amigos y yo pasábamos todo ese día juntos en casa de alguno de ellos, pero nunca había tocado en la mía -. ¿Pueden venir?

- Claro – excedió mi padre, la verdad me sorprendió que fuera tan fácil convencerlo.

- ¿A Félix no le resultara incómodo?

- Lo dudo, todos los días sale a pasear con su novia y pasan el día fuera – dijo Gabriel -. La verdad no entiendo cómo es que se entienden si son tan diferentes.

- ¿Novia? – pregunte, ¿Félix tenía novia?

- Si, Bridgette Byrne.

- No sabía que tuviera novia.

- Creo que una vez lo menciono – dijo Gabriel.

- ¿Qué tan diferentes son? – pregunte pensando en el comentario de mi padre.

- Mucho, ella es muy alegre, algo torpe, le encanta la moda... es diseñadora – dijo mi padre con una sonrisa tan ligera que nadie que no lo conociera bien lo notaría, era evidente que le encantaba la idea de que Félix tuviera por novia a una diseñadora, así no se alejarían del mundo de la moda.