Capítulo 12: Nombre

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Félix siempre me ha resultado tan asombrosamente perfecto, admito que al principio quizá lo idolatraba pero ahora he aprendido a llevarme bien con todos los aspectos complicados de su carácter, al principio su aversión hacia todo evento social fue un poco incómodo, cuando entre a la universidad tenía que sacarlo casi a rastras para que me acompañase... creo que al final llegamos a un consenso, cada que vamos a una fiesta solo nos quedamos un par de horas.

Cuando me pidió matrimonio, estábamos pasando el fin de semana en el campo, a las afueras de Londres, en una cabaña que alquilo para esos dos días, cuando mirábamos la puesta de sol en el jardín, se acercó a mí y me abrazo por la espalda.

- ¿Te casas conmigo? – me susurro con su habitual tono calmado, aunque note su nerviosismo por el ligero temblor de sus manos.

- ¡Si! ¡Definitivamente! – grite dándome la vuelta y besándole, cuando nos separamos me entrego la caja con el anillo.

Ahora Gabriel Agreste me hablaba de sus diseños mientras desayunábamos y Félix comía en silencio... Adrien me miraba con sus ojos penetrantes que hacían que me pusiera nerviosa ¿Qué le pasa a ese chico? ¿Por qué es tan raro? ¿Mira a todas las personas así? Una vez me encontré con él en uno de los pasillos de la mansión, Adrien extendió su mano y atrapo la mía.

- ¿Cómo te llamas? – pregunto.

- Br... bri... Bridgette – conteste sintiéndome intimidada, él apretó más su agarre hasta que resulto casi doloroso.

- ¿Ese es tu nombre? ¡¿Me estas mintiendo?! – susurro con los dientes apretados, yo me estremecí, por suerte Félix salió de nuestra habitación y Adrian tuvo que soltarme.

- ¿Pasa algo?

- Nada – contesto fríamente Adrien y se marchó.

- Nunca me dejes sola con tu hermano – dije abrazando a Félix -. Prométemelo.

- Te lo prometo – dijo, él sabía que Adrien estaba actuando extraño, pero al igual que a mi ese comportamiento parecía sorprenderle.

Desde ese momento no he tenido ningún otro percance con mi cuñado, pero la mirada casi furiosa que me da siempre es demasiado intimidante. Por mi tomaría el primer vuelo de vuelta a Londres... pero ahora tengo que descubrir mi pasado, Félix dijo que nos quedaríamos el tiempo que fuera necesario, pediría al hospital que le extiendan las vacaciones si era necesario.

Luego del desayuno nos marchamos de la mansión, habíamos pedido prestado el auto y ahora Félix conducía. La criatura roja comenzó a volar a nuestro alrededor.

- ¿Cuál es mi nombre completo? – le pregunte vacilante, Tikki se sentó frente a mí.

- Tu nombre es Marinette Dupain-Cheng.

- ¿Cheng? ¿ Tengo ascendencia asiática?

- Si por parte de tu madre.

- ¿Cómo era ella?

- Es una mujer muy amable que te quería muchísimo y en la que confiabas mucho – me aseguro Tikki.

- ¿Dónde viven? – pregunto Félix y Tikki comenzó a girarle.

- Esa es la panadería de ayer – susurre cuando Félix estaciono el auto al frente de una panadería.

- Eso explica porque actuaban de forma tan extraña – dijo Félix -. ¿Quieres que los vayamos a ver?

- ... No... - dije tímidamente -. Aún no estoy preparada.

- Bien.

- ¿Esa mujer bajita de allí es mi madre? – le pregunte al Kwami señalando a la mujer que nos atendió el día anterior.

La chica que una vez fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora