Capítulo 15: Félix

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Al fin me decidí a enfrentarme a eso de ser una heroína, con algo de escepticismo porque jamás me había imaginado tener una responsabilidad como esa.

- ¡Tikki motas! – dijo vacilante, Félix me observaba en frente de mí, yo estaba muy nerviosa, el traje era extraño... pero no se parecía a la Ladybug que veíamos en las noticias internacionales, era más bien, la imagen que se proyectó en mi cabeza cuando me dijeron que yo era Ladybug.

- Te queda muy bien – observo Félix -. Aunque un poco bastante justado.

Me ruborice, Fél tenía razón este traje me cubría como una segunda piel, me debatía entre si no dejaba nada a la imaginación o por el contrario lo dejaba todo.

- Voy a salir a dar una vuelta – informe, Félix asintió un poco reacio a dejarme marchar cuando él no podía acompañarme.

- Ten cuidado ¿Si?

- Por supuesto – le dije sonriendo antes de lanzar el yo-yo y dejar que este me jalase lejos de allí.

Este traje tenía unas capacidades sorprendentes, en segundos me había transportado fuera de la casa, al otro lado de la calle, Félix se acercó a la ventana para constatar que no me hubiera estrellado contra un edificio... lo que no sería extraño por lo torpe que soy.

El viento, la velocidad, la sensación de libertad y sentir el cuerpo tan ligero como una pluma he inhumanamente fuerte, pronto me abrumaron y comencé a correr por toda la ciudad, los techos de las casas apenas eran rozados por mis pies, perdí el miedo a caerme, me sentía más segura de lo que nunca había estado (Aunque según Félix seguridad era lo que me sobraba, me lo repetía a menudo cuando antes de ser novios le repetía una y otra vez que el que nos enamoráramos era cuestión de tiempo... y al final tuve toda la razón).

El viento silbaba en mis oídos y me golpeaba la cara pero eso solo hacía que tuviera más ganas de probar mis habilidades, deje de correr y usando mi yo-yo investigue todo lo que era capaz de hacer, alguna cosa se me debía estar olvidando pero ya de por sí, estas habilidades era cautivadoras.

Cuando pase cerca del Louvre paso algo extraño, mucha gente miraba hacia arriba, incluso algunos comenzaron a sacar fotos, cuando me di cuenta de que era a mí a quien con tanto interés veían, mis nervios regresaron y me marche de allí lo más pronto posible.

El sol comenzó a ponerse, le observe ocultarse desde el techo de una casa, era una vista muy romántica... me hacía falta Félix para completar la escena ¿Qué me diría si voy a buscarlo y lo traigo a este lugar?... aunque tendría que esperar, porque el sol comenzaba ya a desaparecer completamente en el horizonte, tal vez lo hagamos mañana.

Dando media vuelta comencé a regresar de nuevo a casa, no tenía idea de cuan impaciente estaría Félix, lo había dejado hace horas.

En el camino de regreso, que no era tan sencillo de encontrar debido a que la noche le cambiaba el aspecto a la ciudad, no conocía París... al menos que recordara y la perspectiva casi aérea que tenía, en lugar de ayudarme (Cosa que debería) me hacía tener que esforzarme más en encontrar el camino.

Para completar, mientras intentaba encontrar el camino de regreso a mi casa, un hombre con taje de gato comienza a acercárseme... debe ser... ¡Cat Noir! El compañero de Ladybug... ¿Mi compañero?

- ¿Tú eres Cat Noir? – le pregunto y sus ojos brillaron con lo que parece ser alegría, no me responde y me abraza por sorpresa... creo que me había extrañado, aunque entiendo su reacción no puedo evitar sentirme incómoda.

- Te quiero tanto my Lady – me susurra demasiado cerca de mi oído como para que no sienta que está invadiendo mi espacio personal ¡Al único chico que le permito hacer eso es a Félix!... y ojala lo hiciera seguido, comienzo a empujarle levemeónte, el no parece darse cuenta -. No te permitiré irte nunca más.

- Bueno es que yo... - le digo dudosa ¿Sería apropiado decirle tan pronto que tengo novio... que estoy comprometida incluso? Sé si debería decírselo, sería lo correcto, pero sospecho que me ha echado de menos tanto durante estos diez años que... me resulta un poco cruel que esa aclaración sea de las primeras que haga.

- ¿Qué haces? – me pregunta desconcertado, como si no entendiese en absoluto mis acciones.

- Me estas abrazando muy fuerte – le digo intentando no ser muy brusca cuando intento apartarme de él, no es que me haya faltado al respeto... el me conoce, yo no -. Por favor, suéltame.

- ¡No lo voy a hacer nunca! Tu eres mía Marinette, mía y de nadie más – me dice con tono posesivo, ahora si he comenzado a asustarme.

Lo empuje con fuerza... aunque no toda la del traje y me marche de allí lo más rápido que pude. ¿Qué se supone que debería haber hecho? ¡Si recordara mi pasado todo estaría perfecto!

Ahora tengo una nueva duda ¿Qué era lo que había entre Cat Noir y Ladybug? Las acciones de ese chico eran más intensas que las de un simple amigo ¿Creo? Sea como sea yo tengo a Félix ahora y no mi interesa nadie que no sea él.

Félix me esperaba recostado en la cama, leyendo un libro... ¿Cuánto tiempo me había ido? Ese libro lo comenzó ayer y ahora estaba ya en las últimas páginas. El reloj ya marcaba las doce de la noche.

Félix cerró el libro en cuanto me vio y me rodeo con sus brazos protectoramente.

- Tikki – susurre -. puntos fuera.

- Te demoraste – me dijo desviando la mirada y sin soltarme -. Te has saltado la cena.

- ¡¿Cómo?! Ni hablar, acompáñame a la cocina – dije tomándolo de la mano, él me siguió sin ninguna resistencia.

- ¿Qué tal te fue?- pregunto mientras yo cocinaba alguna cosa.

- Muy bien, me divertí mucho saltando por todos los techos de París... aunque...

- ¿Paso algo?

- Me encontre con Cat Noir.

- ¿El superhéroe? ¿Qué te dijo?

- Que no me volvería dejar ir... fue bastante extraño – le dije y Félix desvió la mirada pensativo.

- Bicho rojo...

- ¡Me llamo Tikki! – protesto mi Kwami.

- Está bien, Tikki ¿Puedes decirnos que relación tenía Ladybug con ese gato?

- Pues – Tikki estaba pensativa ¿No era mi novio ni nada de eso verdad? Porque no me imaginaba que pudiera interesarme alguien que no fuera Fél -. Cat Noir estaba muy enamorado de Ladybug, pero ella no le hacía caso.

Félix sonrió triunfante, acabo de darme cuenta que estuvo a punto de ponerse celoso ¿Cómo sería Fél celoso? Nunca le había visto tener uno de esos ataques de celos.

- Me lo imaginaba – dijo Félix abriendo uno de los cajones cerca de él y entregándole una galleta a Tikki.

- No recompenses a mi Kwami cada que te diga algo que quieres escuchar.

- ¿Y quién te dijo que estoy haciendo eso? Solo la alimento porque su descuidada portadora no le ha entregado una galleta para compensar el desgasto de haberle transformado.

- ¡Cierto! Lo siento Tikki.

- No te preocupes Marinette – me respondió mi dulce Kwami con las mejillas completamente llenas de comida.

La chica que una vez fuiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora