Capítulo 20: Decisiones

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<><> Pov Richard <><>

Las cosas empezaban a salirse de control mientras yo me encontraba al borde de perder la cabeza, dudando de poner en acción un nuevo plan que involucraría que algunas verdades salieran a flote.

No se suponía que Charlie saliera con vida del Hospital y menos que fuera en compañía de Emma. Debo admitir que los chicos de la generación cero se las han sabido ingeniar para librarse de su fin pero no siempre contarán con esa suerte.

Maggy ha impedido una vez más que envíe a alguien por Connor pero como se supone que está con las chicas, el plan de Magg respecto a que el chico entregue a algunas de sus amigas a cambio de la vida de su madre no me parece mala idea. La llamada fue bastante convincente.

—Tenemos un pequeño problema.— informó mi compañera que entraba de golpe a la sala de juntas.

—¿Qué pasa ahora?— pregunté fatigado de las malas noticias.

—El ruso ha sido capturado por los oficiales y no es capaz de deshacerse de ellos por sí solo.—

—Alexei Petróv.— susurré su nombre por lo bajo. —¿Queda alguien por la zona?—

—Kiara, la chica erizo.— informó impaciente por mi orden.

—Dile que tiene una nueva misión: debe traer al ruso de vuelta.— hice contacto visual con Maggy. —Y ya saben, entre mayor caos desaten mejor.—

—Entendido.— contestó sin ganas.

Me puse de pie y contemplé la salida de la mujer. Reproducí una vez más el vídeo viral del momento: la exposición de habilidades del hombre toro. El vídeo ya rondaba por todo el mundo y era el tema de hablar en cualquier rincón, y apenas era el comienzo.

Acabado el vídeo hice una llamada rápida que quizá Magg vería como una decisión apresurada pero necesaria. Luego salí de la sala y caminé por el pasillo hasta una nueva habitación donde dos personas se disponían a hacer la práctica de sus poderes. Sus miradas se pusieron en mí y no tardaron el alinearse en mi frente.

—Melissa Layne.— la chica dio un paso al frente sin inmutarse demasiado. —Explícame como se te han escapado las gemelas. Te envié por ellas porque te consideré preparada para eso. ¿Qué ocurrió allí?— cuestioné sereno.

—Lo lamento.— bajó el rostro. —Todo estaba controlado pero el chico alado apareció con otra chica y no pude hacerles frente.—

—Y esto es culpa de Darius, ¿no es así?— volteé a ver al hombre que jugaba con los cuernos en sus manos. —¿Cómo no te habías encargado de ellos?—

—Los subestiman.— replicó sin siquiera verme y luego guardó silencio.

—¿Eso es todo lo que dirás?— cuestioné acercándome un poco, él levantó la vista y conectó sus ojos carmesí conmigo.

—Sí.— escupió con enojo y volvió a su lugar anterior a clavar su arma en ese saco de boxeo.

—¿Me puedo retirar?— preguntó la chica en tono bajo sin siquiera verme.

—Sí, regresa con tu hermano.— se dio vuelta pero se detuvo al escuchar nuevamente mi voz. —Pero debes estar preparada para cuando la Maggy vuelva. Saldrás con ella.— la chica asintió y continúo su camino.

Volví al pasillo tratando de contenerme en mis casillas y con una nueva habitación como objetivo en mente.

Al llegar abrí la puerta y me encontré con que aún no había llegado nadie allí. Me adentré a la habitación y me senté a esperarla, esperar a Kahterine Lohan.

<><> Pov Ulysses <><>

Finalmente llegué a la dirección que había propuesto el amigo de la rubia: una casa pequeña en un barrio pequeño, nada más que eso. Las personas del alrededor nos observaban desde el momento en que mal estacioné el vehículo sobre la acera pero la actitud de Charlie y la de Emma -que recién despertaba- eran las más normales.

—¿Quienes son?— preguntó algo cansada la rubia.

—Es mi hermana.— respondió el hombre para luego golpear suavemente la puerta. Una voz femenina dijo algo del otro lado pero fui incapaz de entender qué decía.

Una mujer alta y mayor abrió la puerta totalmente desorientada por algo a sus espalda. Cuando logró poner su atención en nosotros noté como sus mejillas se alzaban provocando un gesto emocionante acompañado de un gran abrazo que le proporcionó al hombre.

—¡Charlie!— musitó en su cuello.

—Tío Charlie.— saludaron al unísono un par de niños que rápidamente se unieron a aquel acto afectivo. La rubia se giró hacia mí y me dedicó una leve sonrisa que inmediatamente respondí de la misma manera.

—Necesito tu ayuda.— advirtió Charlie y se adelantó a pasar a la casa. La mujer que antes lo abrazaba se volteó en nuestra dirección y cuando se disponía a hablar quedó en silencio y con la semi-abierta por mi apariencia, supuse. Para suerte de todos había envuelto mi cola alrededor de mi cintura antes de bajar y ésta la había ocultado debajo de mi camiseta, solo quedaban mis defectos faciales.

—Pasen.— invitó al fin luego de tragar saliva incómodamente.

Emma me dejó de último lugar para entrar y sin molestia alguna pasé al final luego de observar el entorno para asegurar que nadie nos hubiera seguido.

Me ubiqué en un sofá bastante deteriorado y Emma se instaló a mi lado mientras los niños se acercaban hacia nosotros y Charlie se perdía por una puerta con si hermana.

<><> Pov Emma <><>

Los sobrinos de Charlie lucían sumamente curiosos por el aspecto de Ulysses y mientras ellos se divertían con él yo me coloqué de pie y me propuse llegar a ellos.

Sin avisar entré en la habitación donde se encontraban y contemplé como la mujer le daba dinero a Charlie, ambos me miraron.

—¿Qué haremos?— pregunté confusa.

—Irnos.— respondió sereno y prosiguió contando la plata que le entregaban.

—¡No lo haremos!— cuestioné exaltada. —¡No podemos!—

—¡Sí lo haremos!— Charlie se puso de pie, se acercó a mí y me tomó por los hombros. —¡Sí podemos!— susurró acariciando mi mejilla. Sus pensamientos llegaron a mi cabeza y así comprendí sus intenciones, alejé su mano de mí a la vez en que su hermana nos dejaba a solas.

—No quiero, Charlie.— dí un paso atrás mientras el soltaba todo el aire contenido en sus pulmones. —No quiero tener que irme mientras Richard sigue por ahí, con vida haciendo de las suyas, no nos dejará en paz.— él se ubicó de nuevo sobre la cama y yo me dispuse a sentarme a su lado.

—Nosotros solos no vamos a poder contra ellos, sabes que él no está solo. No tomes decisiones apresuradas.— replicó mi compañero.

—Nosotros tampoco lo estamos.— informé. —Hay que buscar a los demás chicos y hacer equipo con ellos para enfrentar a Richard y así acabar con él. Esa es mi decisión. —

Mutantes: El Comienzo de una Nueva Era.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora