Prólogo

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— En otras noticias, los afamados modelos capitalinos Kim Seokjin y Jeon Jungkook, mejor conocidos como Jin y JeongGuk respectivamente, han arribado el día de hoy a Daegu en el aeropuerto local. Las fans han llegado totalmente emocionadas al-
Jimin apagó el televisor que estaba adosado a la pared azul en cuánto Yoongi entró a la habitación,  levantándose a su vez. Sólo había estado esperando por él para poder marcharse a las clases de ese día.

Martes común, con la misma energía al 25% que lo caracterizaba, las hojas meciéndose al son de la poca brisa que el verano les traía, dándole algo de fresco a sus mejillas calientes por el sol abrasador del día… y, de alguna manera, Jimin parecía bastante animado. Eso salía de su normalidad.

— Me das asco — gruñó Yoongi, agitando sus cabellos cenizas con la diestra.
Park se sobresalto ante el repentino comentario, su melodiosa risa emergiendo de entre sus gruesos labios antes de formular una respuesta: — ¿Se puede saber qué hice ahora?

Pero sólo recibió una patada en el trasero antes de ser dejado atrás.



— ¿Vas a llegar tarde a casa hoy? — el azabache se soltó una de las correas de la mochila para sostenerla sólo con su hombro, quedándose de pie en medio del pasillo, a pocos metros del aula de Biología.

Yoongi le observó a él antes de dar un vistazo malhumorado al grupito de chicas tontas que siempre estaba acechando a su mejor amigo, por supuesto, fue ignorado, pero no le afectaba realmente.

— Tengo doble turno hoy, llegaré por la mañana — bostezó de sólo pensar en el trabajo, y le sonrió al menor antes de dar un par de palmaditas a su hombro — Largo.

Jimin miró preocupado a su mejor amigo desaparecer al interior del salón, pero negó y suspiró, yendo por su lado hacia su propia clase.

Como todo cliché de anime, Yoongi fue a su puesto en el último sitio de la fila junto a la ventana.
Y no, él no se sentaba ahí por otra cosa que no fuera recibir la frescura del aire, aunque valoraba el aire acondicionado, la brisa natural era su encanto secreto, y él la disfrutaba cuando, casi al quedarse dormido, sus vellos se erizaban ante la caricia de la brisa que lo despertaba por la cálida o fría sensación, dependiendo del clima.

En cuanto el profesor llegó, y las clases dieron inicio, Min se enfrascó en poner atención a la aburrida lección, tarareando alguna que otra parte de alguna canción de Eminem.

Imbécil

Te veo después de clases en los baños desocupados del tercer piso, edificio C.
11:03 am.

Lanzó un suspiro pesado y miró a la derecha, un asiento adelante en la fila contigua de donde él se encontraba estaba el idiota, fingiendo poner atención.

Ninguno era un Santo, pero eso es sólo algo que ambos sabían.

Se sobó la parte posterior del cuello, dudoso y tentado.

Saltate la última clase conmigo y nos vemos ahí, yo tengo que trabajar después de clases.
                                                              11:25 am.

Recibió una sonrisa de parte de él, y no pudo evitar imitar el gesto, pero más desganado.

— Yoon- gi- ssi — canturreó Jimin al llegar de sorpresa tras él, rodeando su cuello y lanzando un dramático suspiro mientras el rubio seguía alimentándose de su sándwich, acostumbrado a las actitudes de su amigo.

— ¿Mhm? — gruñó él, mirando a Jimin. Luego de tomar asiendo en el suelo del aula junto a él, lo miro abrir una lata de jugo.

— Va a haber fiesta el fin de semana, todos hablan de eso — Yoongi arqueo una ceja en su dirección, escuchandole bufar — Bien, casi todos — viró los ojos.

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