Capítulo 18

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Narra Ranma.

- Buenos días- ___ apareció en el comedor con una sonrisa junto a Akane.

- Ah, ya llegaron. ¿Ganaste ésta vez Akane?- ella negó.

- Con ___ es imposible ganar- miré a mi pareja, que se secaba el sudor antes de sentarse a mi lado.

- ¿A dónde fueron?- cuestioné mientras terminaba de comer.

- A correr, hoy vuelvo con los entrenamientos nuevamente- me apresuré a servir el desayuno para ella, y luego se lo entregué - Gracias- sonrió.

- Date un poco de prisa, todavía debemos bañarnos para ir a la escuela- dije, mientras me levantaba y caminaba hasta el pasillo.

- ¡Ve preparando mi uniforme, por favor!- asentí.

- Está bien-.

Subí hasta nuestra habitación y abrí el armario. Mi ropa y la suya estaban delicadamente colocadas en el perchero. ___ personalmente se había encargado de organizar todas nuestras cosas un día en el cual entrenaba con mi padre.

Tomé su uniforme y la ropa que yo llevaría hoy y los coloqué en el futón, luego me acerqué a buscar mi ropa interior.

Narra ___.

- ¿Un mal presagio?- pregunté, mientras dejaba de comer y miraba sorprendida a mi tío y al señor Genma. - Ahora que lo dicen... Sí. Anoche mientras Ranma y yo dormíamos sentí muy malas vibras y me levanté, nuestra habitación estaba más oscura de lo usual y Ranma se le veía bastante intranquilo, no dejaba de removerse- el señor Genma rió.

- Ranma es de los que se mueven mucho cuando duermen, ___-.

- No se lo niego, pero se estaba moviendo más de lo normal- terminé de comer - gracias por la comida- me apresuré hasta el baño, donde Ranma se encontraba en bóxer - Ya llegué- entré y cerré la puerta.

- Ya era hora, te estabas tardando- sonreí.

- No seas exagerado, Ranma Saotome - le dí la espalda para que pudiera terminar de desvestirse tranquilo. - ¿Crees que suene bonito?- pregunté.

- ¿De qué estás hablando?- pude escuchar como Ranma entraba en la tina

- ___ Saotome- comencé a desvestirme - o quizá señora Saotome- sonreí con tan solo imaginar a la gente llamándome así.

- Tienes mucha imaginación, aunque la verdad si, suena bien- concluyó.

- Voy a entrar, no mires-.

[...]

El día en la escuela pasó bastante rápido, sin embargo me sentí completamente extraña... No pude evitar conversarlo con Ranma para aliviarme un poco y no sentirme tan preocupada.

- ¿Mal presagio?, mi amor no creo en tales cosas y debes estar tranquila, cualquier cosa, si la situación se pone fea, no dudes en venir a buscarme- y se marchó. Yo simplemente no pude evitar sentir cómo si pensara que yo estuviera loca.

Cuando llegamos a casa, subí a la habitación, inmediatamente comenzó a llover.

Akane y Ranma llegaron empapados y tarde. En ese momento yo estaba a medio vestir en la habitación, cuando algo saltó directamente a mis pechos...

Algo no... Alguien.

- ¡AHHHHHHHHH!- grité con todas mis fuerzas.

Al instante Ranma subió corriendo.

- ¡¿Mi amor?!, ¡¿Qué suced-?!- yo estaba arrodilla en el suelo, cubría mis pechos desnudos. Puedo jurar que llevaba un sujetador hace un momento. - ¿Pero qué ha pasado?- se acercó rápido a mi, sin embargo al ver que yo me encontraba únicamente en bragas retrocedió.

- C-Cielo, sal de la habitación- el negó y cerró la puerta, intentando que miradas no deseadas llegaran hasta nosotros.

- ¿Qué ha pasado?- tomó una toalla y me la lanzó, yo la agarré y cubrí mi torso.

- Me estaba vistiendo, cuando alguien entró y se aferró a mis pechos, cuando me vine a dar cuenta ya estaba sin sujetador- me acerqué al armario y saqué un nuevo sostén. - ¿Seríamos malas personas si pedimos otra habitación?- el me miró extrañado.

- ¿Otra habitación?- asentí.- Tranquila, no creo que se necesario. La próxima vez simplemente cierra la ventana antes de quitarte la ropa- suspiré, el nunca me entendía.

- Claaro, porque no eres tú el que está pasando ésta experiencia traumática- tomé la ropa que había sacado para colocarme y pasé a vestirme.

- Oye no lo hago por eso- gruñó.

- ¿Ah sí?, ¿Entonces por qué?- el se sonrojó y me dió la espalda.

- Si pedimos un cambio de habitación, a lo mejor sospechan y nos separan y yo no pienso dejar de dormir contigo- no pude evitar reír un poco al escuchar sus motivos.

- Pues, simplemente en la noche vas y te cuelas en mi habitación y en mi futón-.

- Ja, ja, ja muy graciosa. Ya déjate de chistes- terminé de vestirme y el salió de la habitación, yo salí casi al instante también.

Bajamos, y en el comedor estaban todos, aparentemente estaban esperando a que llegáramos.

- ¿Ha pasado algo?- miré a Kasumi y negué. Ya luego le contaría.

Narra Ranma.

Hoy tuvimos un encuentro con un tal maestro de mí padre y el padre de Akane. Desde que me ha visto en mi firma mujer ha saltado a mis pechos. Desde entonces no puedo dejar de pensar que eso mismo le pasó a ___ mientras se vestía ayer. Y yo diciéndole que no había pasado nada, cuando verdaderamente me había pasado algo.

La noche de ese día, cuando ambos nos fuimos a dormir, ___ no se estuvo quieta para nada. No dejaba de mirar por la ventana y en más de una ocasión tuve que tranquilizarla. Al parecer ese maestro la había dejado traumatizada cuando saltó a sus pechos. Lo voy a matar, ¿cómo se atrevía a saltar a los pechos de mi princesa?.

Cuando llegamos a casa, el señor Soun estaba abrazando... AL MISMO SEÑOR QUE ME SALTÓ ARRIBA EN MEDIO DE LA CALLE.

- Me pueden explicar... ¡¿Qué hace ese señor aquí?!- de inmediato me coloqué delante de ___, para cubrirla.

- Oh, Ranma. Éste es nuestro maestro- juro que casi me caigo al escuchar eso.

- No me importa si es su maestro o no, mientras no se acerque a ___ todo estará bien- concluí.

En cuanto cayó la noche, ___ bajó de nuestra habitación para comer algo, llevaba toda la tarde estudiando, y yo estaba pendiente de que aquella maestro pesado no se acercara a la puerta.

Por mientras, el maestro estaba saltando a mis pechos cada dos por tres, hasta que papá me mojó con agua caliente.

- ¿Ya vió que es un muchacho?, basta con aplicarle agua caliente- papá parecía aliviado.

- ¡No se acerque viejo abusivo!- le agarré del cuello, estando bastante serio.

Sin embargo, en un fácil movimiento se deshizo de mi.

[...]

- Rayos con el viejo, después de todo piensa quedarse según el para entrenarme, pero no pienso aprender nada- me estaba cepillando los dientes cuando ___ entró al baño.

- R-Ranma- se acercó.

- ¿Qué sucede?- la miré, parecía asustada.

- No quiero quedarme sola con ese viejo por la casa- no pude evitar reír.

- ¿Por qué tienes miedo?, eres la mujer más fuerte que conozco, después de la bisabuela de Shampoo- y no mentía, ella era bastante fuerte.

- Da igual...El me tocó los pechos y...- su cara se tornó por completo de un color rojo intenso - Solo no le dejes sola-.

Ranma Y TuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora