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El aire entra en tus pulmones con dificultad y un escozor recorre tu costado. Abres los ojos de golpe y te sientas en donde sea que te encuentres.
-Tranquila Kara. Estás a salvo- Es J'onzz en su forma humana y te muestra un trozo de cristal que te parece conocido.
-Eso es lo que creo que es- tus palabras salen cortadas y aún la falta de oxígeno en ti es evidente.
-De la fortaleza de la soledad pero envenenado.

Otra punzada te recuerda donde estuvo aquel mineral que tú primo Kal resguardaba con tanto recelo.

-Es imposible que lo hayan traído de otra tierra.

-Son multiversos Kara, es de ese Superman que no es tú primo, y asumo que de donde lo sacó hay mucho más.
Buscas la voz de Sara y la observas, sus facciones denotan cansancio y a la vez preocupación.

-¿Por qué seguimos en tierra - 3?

-Estabas muriendo, si atravesamos contigo el portal y la energía que perdías era mucha...

-Habría muerto - tú terminas la oración de Oliver.
Haces un gesto para levantarte pero tus manos son como gelatina y caes de golpe nuevamente sobre la superficie donde te han colocado.

-¡Hey! Tranquila, no tan deprisa.

J'onzz apoya su mano en tu hombro y te regala una mirada compasiva. Vuelves a acostarte.

-No vamos a volver aún.
Oliver habla después de largos minutos de silencio y cuándo comenzabas a rendirte al sueño.

-¡Es peligroso seguir aquí!

-Hay algo en este lugar Sara, Monitor no nos habría enviado así porqué si.

-Monitor quiere que muera. Pero eso lo sabes mejor ¿no?

Tus palabras pican con amargura tras recordar la revelación de flecha verde.

-¡Kara! - en su tono puedes ver la petición oculta de que no digas nada. Llevas tiempo suficiente ocultando cosas como para no entenderlo velozmente.

Un estruendo perfora tus tímpanos y saltas débil todavía de aquella mesa que antes no habías visto, sólo percibiste su dura superficie.
-¿Qué ha sido eso?

Todos te observan con los rostros confusos y otro estruendo vuelve a llegar nítido a ti.

Caminas tambaleante y Sara corre en tu ayuda, J'onzz te dice algo que ignoras y Oliver toma su equipo para seguirte.

Tres, cuatro y perdiste la cuenta, ahora son gritos de horror y pedidos de auxilio, súplicas al viento y llantos de desolación.
La respiración irregular vuelve a tus pulmones lastimados, la falta de luz solar comienza a pasar factura, la herida sigue ahí latente y no eres más que una humana promedio y lastimada ahora. Aún así, tu audición no te abandono para mayor castigo.

Oliver abre la vieja puerta de madera de esa especie de granero y ahí ven asombrados como el cielo arde en fuego.
-¿Qué está pasando?
Sara suelta con un halo de miedo en su tono y tú sigues siendo torturada por toda clase de sonidos que resuenan en tu cabeza.

-Tenemos que irnos ya-
No ha terminado la frase J'onzz cuando la mitad de un cobertizo caen en el campo cerca de ustedes para acto seguido, ser engullido por una extraña masa condensada de luz.

De pronto estas volando y ves que J'onzz ha tomado su forma verdadera y los lleva a todos con algo de dificultad.

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Todo se estremece a tu alrededor y la vibración del piso te advierte que algo grande está pasando. Te levantas de aquel taburete y te alisas la ropa para salir a la puerta, cuando lo haces ves un contingente de personas corriendo por el pasillo. Deseas preguntar que ocurre, pero recuerdas de inmediato que está gente no es tu amiga, y que por el contrario te mantienen allí de alguna manera con tu pobre consentimiento.

Después de mañana (Wattys 2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora