Amigo...
Como un rayo fugáz llegaste a mi vida llenando de luz todo mi camino. Sin pedir nada a cambio, me extendiste la mano y me recogiste del suelo. Cuando necesité un hombro para llorar, ahí estabas para mi. Estuviste sentado por largas horas escuchando mis alegrías, sueños y tristezas sin importar cuántas veces repitiera cada palabra. Mi alma se rindió ante ti y pudiste descubrir mis más íntimos secretos y no me juzgaste. Te enojaste innumerables veces cuando sabías que no tenía la razón pero ahí estaba, con mi cabeza inclinada reflexionando sobre cada consejo que salía de tu boca. Nos cuidamos mutuamente como hermanos, porque de eso no teníamos duda. Por más problemas cotidianos que existieran en nuestras vidas no íbamos a permitir que eso nos separara.
¿Por qué te fuiste? Se me ha jodido la vida pensando en cómo rellenaré ese espacio que por siempre creí que sería para ti. Los abrazos ya no están y los consejos desaparecieron. El fin es una palabra que a nadie nos gusta pero que enfrentamos muchas veces a lo largo de nuestras vidas. Cerré mis ojos y pude verte sonriendo, con mi libro entre tus manos para recordarme que siempre estarás conmigo en la infinidad. Afortunado soy en decir que eres... mi amigo.
-DanielQL 🖋
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Hablaré con tu corazón.
De TodoPretendo poder describir esos sentimientos que muchas veces no encontramos las palabras correctas para expresarlos. Son pequeñas notas que ocultan situaciones que muchos de nosotros hemos pasado en nuestro diario vivir. Atrévete a profundizarte en c...