No, no, no. Esto no está pasando.
Lo repetía una y otra vez deseando que mis palabras se volvieran realidad.
Estaba en el armario del salón de artes escénicas, escondida de aquella bestia que solía ser mi novio, asustada hasta la mierda y tratando de enfocarme en el tic tac del reloj buscando calma, pero por mucho que lo intentaba, mi corazón parecía acelerarse cada vez más.Hacia un par de horas que habíamos discutido y no había terminado para nada bien, esa era la razón por la cual me escondía.
Después de unos segundos había logrado respirar con normalidad, aunque la calma me duró muy poco.
Unos pasos se escuchaban a distancia y cada vez eran más nítidos. Mis piernas temblaban y abría la boca tratando de respirar aunque el aire no llegaba a mis pulmones, estaba aterrorizada.
El armario se hacía más pequeño o al menos eso percibía. El dolor de mis palmas al sentir mis uñas presionando contra ellas me ayudaba a aguantar los sollozos y el deseo de salir corriendo de ahí crecía con fuerza.La puerta se abrió de golpe y mi corazón comenzó a latir más rápido, las lágrimas se agolpaban en mis ojos y solo podía rezar para que se fuera, para que me dejara en paz de una vez por todas.
–Hyemin, sé que estás aquí –Aquel tono tan juguetón que usó me dejó helada, porqué eso era para él, un juego, uno perverso en donde yo saldría perdiendo. No había atisbo de aquel chico cariñoso que me juraba amor eterno cada vez que nos besábamos, ahora solo estaba ese Jungkook cruel, que amaba el control y el poder que ejercía sobre la gente. El lado tan oscuro que lo caracterizaba cuando estábamos a solas se había apoderado de él, ahora estaba frente a una bestia iracunda que arrasaría con todo lo que se le pusiera en frente.
Sentía como si fuese a morir ahí mismo.Escuchaba sus pasos cada vez más cerca de mi improvisado escondite, y oficialmente me declaraba muerta.
Tomó la manija del armario y cerré los ojos antes de que la luz me golpeara el rostro, me negaba a abrirlos, no quería verlo, deseaba desaparecer con todas mis fuerzas.
Sentí su aliento golpear mi mejilla y apreté aún más los ojos ante su cercanía, que ahora me causaba repulsión.Esperé lo que pareció ser un siglo, pero no dijo ni hizo nada, así que lentamente me permití mirarlo- y ojalá nunca lo hubiera hecho-.
Su cabello azabache estaba despeinado, probablemente lo había hecho él mismo antes de golpear alguna pared buscando desahogar su ira, siempre hacía eso cuando se enojaba. Tenía el labio inferior preso entre sus dientes y el ceño fruncido. Me miraba como un depredador mira a su presa antes de aniquilarla; con placer y diversión. Disfrutaba verme en aquel estado, gozaba el tenerme ahí sola, a su merced. Y a pesar de todo eso aún lo encontraba tremendamente atractivo.
¿Qué carajos está mal contigo Hyemin?
Había sucumbido ante aquel adonis y ahora me tocaba pagar por mi pecado.
Ladeó la cabeza antes de sonreír.
— ¿Qué haces escondida aquí, cariño? –aquel falso tono dulce hizo que mi corazón diera un vuelco y quisiera salir de mí, un nudo se formó en mi garganta y tragué fuerte. Tomó mi rostro con sus manos y con su pulgar acarició mi mejilla—. Vamos, tenemos mucho de qué hablar, bebé.
Tomó mi mano y tiró de ella haciendo que saliera a tropezones del armario. Posó sus manos en mi cintura y me besó con violencia antes de pasar a mi cuello. Besó y mordió aquella zona con un solo fin, marcarme, hacerle saber al mundo que Kim Hyemin era suya y fue lo que necesitaba para armarme de coraje y empujarlo lejos de mí.
Me miró extrañado y pude percibir un atisbo de furia en sus ojos, pero no dijo nada, se limitó a enarcar una ceja antes de tratar convencerme, como solía hacer siempre.—Hyemin, sabes que no era mi intención, yo solo...
–¡JEON, SE ACABÓ! –escupí con coraje y piqué su pecho con mi índice, tratando de mantenerme en calma, pero no pude—. YA DÉJAME EN PAZ.
Trató de tomar mi mano, pero no lo dejé, lo empujé nuevamente y comencé a caminar en dirección a la salida. Estuve tan cerca de la libertad, pero sabía que era demasiado bueno para ser real, que él no lo permitiría, y así fue cuando sentí sus manos en mis hombros y mi espalda chocar contra la pared.
Él chasqueó la lengua, notablemente fastidiado y me miró con el ceño fruncido y la mandíbula tensa. Supe que había empeorado las cosas, ¿cómo mierda me había metido en este lío?Negó reiteradamente y pasó la mano por mi cabello, acomodándolo tras mi oreja, y con una sonrisa ladina en el rostro susurró.
–Yo no haría eso si fuera tú, Hyemin –se acercó aún más a mí y tomó mi mentón con fuerza, obligándome a mirarlo a los ojos, y espetó–. Porque puedo volverme tu peor pesadilla.
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Nightmare [jjk]
FanfictionUn chico obsesionado puede ser una verdadera pesadilla. Tal vez Hyemin debió ser más cuidadosa, pero ¿quién podría resistirse a Jungkook? 𝐄𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐮𝐞𝐥𝐞, 𝐜𝐚𝐮𝐬𝐚 𝐞𝐧𝐨𝐣𝐨, 𝐜𝐞𝐥𝐨𝐬, 𝐨𝐛𝐬𝐞𝐬𝐢ó𝐧... ¡¿𝐏𝐎𝐑 𝐐𝐔É 𝐍𝐎 𝐌𝐄 𝐀𝐌�...