Nightmare| Capítulo VII

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La música instrumental envolvía el ambiente así como el olor a perfumes costosos y tabaco. Sin embargo no parecía molestarle en absoluto a Hyemin, incluso parecía disfrutarlo.

Jimin había llegado no hacia mucho, y le hizo compañía después de que Jungkook la hubiese abandonado. Lo entendía, claro que lo hacía, él era hijo del mayor inversionista y estaba claro que estaría ocupado durante la noche, y lo estaba, pero no de la forma en la que ella creía.

Después del discursillo que habían dado los miembros de aquella sociedad, habían acomodado a todos los presentes en los lugares designados; a ellos los sentaron justo al lado del imponente ventanal que daba vista al jardín. Y después de un rato de no haberse dicho nada, el chico rompió el silencio.

—No pensé que vendrías— le dijo sin dejar de mirar al frente, como si tratara de disimular su sorpresa. La alegría que se filtraba en su voz no pasaba desapercibida por Hye, quién en otras circunstancias, hubiera brincado de la emoción, pero extrañamente aquel hormigueo que sentía en el estómago cada vez hablaba con él brilló por su ausencia, era como si la chispa se hubiera extinguido o al menos reducido en intensidad.

—Sí, yo tampoco—sonrió incómoda. Llevaba cerca de veinte minutos sentada en aquel lugar mientras miraba cómo la gente parloteaba animada, ni siquiera habían tantas personas de su edad, nadie con quien estar, salvo su acompañante en turno y su desaparecido amigo.

—No entiendo cómo es que te dejaste convencer por Jeon, ¿siquiera habla cuando está contigo?—aquel tono socarrón indignó a la muchacha, solo podía pensar en cómo era posible que el único amigo de Jungkook se expresara así de él en su ausencia, era inaudito, despreciable. Pero tampoco descartaba que aquel nefasto comportamiento se debiera a la media botella de whisky que había consumido. Jimin y el alcohol no eran una buena combinación.

—Creí que eran amigos, y sí, esto parecía una buena idea cuando me lo propuso, pero ahora no estoy segura de eso...—bufó aburrida, probablemente debatiéndose si realmente fue una buena idea desde el principio o si fue las palabras de su amigo que le hicieron pensar que lo era.

—Somos amigos—hizo pequeñas comillas al soltar aquel comentario, riéndose en la cara de la escéptica chica, que miraba con desaprobación como Jimin daba otro sorbo a su bebida—. Pero he de confesarte que es extraño hasta la médula, me sorprendió saber que aceptó trabajar en ese proyecto contigo.

—Tampoco es como que él lo hubiera decidido, el profesor...

—El profesor importa una mierda—aporreó el vaso contra la mesa, derramando un poco de su bebida y llamando la atención de unos pocos—. Jeon jamás ha hecho un trabajo que no sea conmigo, siempre consigue que los profesores acepten eso o que trabaje solo, las palabras son lo de él—rió sin humor y humedeció sus labios con fastidio—. Odio reconocerlo, pero es un gran actor. De hecho creo que ambos somos buenos con eso de la actuación.

—¿A qué te refieres? —se inclinó ligeramente hacia adelante, como si lo que siguiese fuese un secreto del que nadie debía enterarse.

Jimin asintió mientras la señalaba con su índice, agradeciéndole la predecible pregunta que abría la puerta a crudas verdades, a una larga y vieja historia. Pero la diversión no podía terminarse tan pronto, aún habían mentiras que debían seguir vigentes y verdades que era mejor dejar a medias.

Abrió la boca, dispuesto a contar todo y guardarse nada, producto del alcohol en su sistema, pero una firme mano lo detuvo, el apretón que le dio a su flacucho hombro lo palideció en dos segundos, era como si él supiera de quien se trataba con aquel brusco toque.

—No deberías hacerle caso a un hombre que ya ha bebido, sobre todo si se trata de un niñato como mi hijo—El rostro de aquel hombre no le daba buena espina, aquellos pozos oscuros la miraban con detenimiento, y la sonrisa torcida no hacía más que ponerla nerviosa. El hombre era idéntico a Jimin, solo que con una mirada profunda y un aura hostil—. Creí que esta vez te comportarías, hijo. Es un vergüenza beber imprudentemente —le quitó el vaso de las manos sin cuidado y lo elevó lo suficiente para que ambos jóvenes pudieran verlo, como si no se tratase de una simple bebida sino de algo más—. Puedes decir o hacer cosas que incomoden a tus amigos, y nadie quiere eso, ¿no es así señorita Kim?

Nightmare [jjk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora