CAPITULO 13

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"en este mundo el que se detiene no podrá obtener nada"-gavin de graw
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Pax Coro'l

-¡Vamos más fuerte!-El ardor del cuero quemo la piel de mi espalda, arqueandome en el proceso.

Enterre mis garras en las palmas de mis manos conteniendome, los grilletes ardían en mis muñecas pero no pude evitar gritar cuando la fusta de vidrios se incrustó en la piel de mi espalda de nuevo, Llevándose con ella grandes trozos de piel.

La sangre caía sobre mi cuerpo bañándome, los insulsos humanos reían mientras tomaban, Era divertido para ellos y más lo sería para mí cuando le hiciera lo mismo a ellos.

Los azotes siguieron su curso, la piel de mi espalda era carne viva ardía y quemaba con cada azote, el sudor corría por mi frente y ya mi garganta ardía de tanto gritar. Cada azote era más desgarrador que el anterior. Ya no tenía fuerzas, mis ojos se enrojecian con el pasar de los segundos, mi sudor bañaba mis heridas haciendo que estas ardieran.

Estúpidamente me acordé cuando Jesús murió, y yo fui uno de los hombres que lo azotó, de seguro esto era un castigo por su parte pero la verdad ni me importó era malditamente estúpido que fuera un vampiro con toda la fuerza del mundo y solo unos malditos grilletes fueran lo único que me retenía ahora mismo.

Bueno... No solo eran, los putos grilletes, era el lugar.

Si, llevo milenios vivo, un vampiro crudo. Que paso por guerras y gano batallas, que en más de una vez mutiló con su espada. Que más de una vez torturaba por placer.

Pero nunca gané la de ella.
Nunca pude ser su luz aunque yo fuera un maldito vampiro oscuro que mataba a diestra y siniestra por diversión, satisfacción y sadismo. Estaba incompleto a pesar de estar lleno de sangre todo el tiempo, pero ella.

Mierda ella, ella era única, la única joya que le podía dar luz a mi alma... aunque su luz fuera tan oscura y siniestra seguía esperándola...

Es una mierda de plan, haber dividido las facetas nos costó más allá de la vida y no nos dimos cuenta. Mis facetas ahora estaban completas, no podía aguantar las torturas por tanto tiempo tenía que acomplarme, para poder darle respuesta a mis preguntas tan desesperadas.

Sin omitir que había olvidado por completo mi poder, mi fuerza, mis años vivo, mi sed de sangre. Ese olor cítrico, que solo provenía de ella el cual no entendía, siempre que la veía de reojo su olor me llamaba, me decía cosas pero no las entendía.

Apreté mis puños cuando azotaron mi cuerpo y los observe con rabia.

-¡grita nenita!-ellos rieron, estaban uniformados de negro, siempre estaban de negro.

-créeme que cuando salga de aquí, el que gritara será otro -Dije entredientes.-esta maldita humillación no te la deje pasar fácilmente.-mi cuerpo se irguio cuando cambiaron la fusta por la de vidrios incrustados.

-¿que te pasa? Nunca podrás huir de nosotros, no te hagas ilusiones, iluso-mi mirada se oscureció al ver la fusta, el estúpido escupió en mi espalda y hice una mueca-¿Vas a llorar?.

uno de ellos acerco su bebida y la rocio sobre mi piel.

La cual ardió ante el alcohol, evite gritar pero no podía el dolor era demasiado, para mi. Juraba que los iba a atar a uno de las tantas casas de torturas que tenía. O mejor dicho, mi lugar favorita para las presas.

1.0 BLUE BLOOD ©| COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora