48•Sacrificio

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Habían pasado ya dos días desde que me enfermé, en realidad seguía enferma, según Aton esto se me pasará en unos cuantos días más. Pasé estas cuarenta y ocho horas en el box de atención médica ya que El Comandante quiso que me quedara bajo vigilancia hasta que todo estuviera en orden con mi salud. Este tiempo significó varias cosas, primero que pude descansar mi mente, también mi cuerpo tomó un respiro, pero eso implicó que pudiera pensar y analizar toda la situación en la que me vi envuelta hace un periodo de tiempo.

-forastera- mencionó El Comandante asomándose por la puerta del box -eres libre de ir a donde quieras, Aton dijo que estabas mejor, no totalmente saludable obviamente, pero con una sola condición, si a penas sientes algún síntoma grave como la fiebre o la alteración de la percepción del equilibrio, tú vienes- asentí con la cabeza intentando asegurarle que iba a hacer lo que me había dicho -okey, puedes ir-

Bajé de la camilla y me acerqué para brindarle un abrazo, me sorprendió que no se portara esquivo como siempre suele hacerlo y que me lo correspondiera.

-gracias- mencioné dando por acabado el acercamiento.

-no es nada, solo procura cuidarte-

Volví a asentir antes de ir por el pasillo hasta el elevador, entrar y presionar el piso de los laboratorios, tenía ansias de volver a estar en mi hábitat. Pero al llegar a la puerta del laboratorio en donde solía trabajar, me topé con Spencer Clark vestido obviamente de blanco, no tenía una bata sobre los hombros, pero se notaba que había estado trabajando en algo debido a que tenía las mangas arremangadas y las antiparras a un costado de la mesa, sin mencionar que habían materiales por doquier y hojas arrugadas en el suelo, algún tipo de cálculo extraño en las pizarras de la sala y algunos dibujos que no pude descifrar. Puse mi mano en la puerta, sobraba decir que la habitación estaba rodeada de paredes de vidrio exceptuando dos que funcionaban como soporte de la estructura, y empujé para poder entrar, pero no le vi siquiera mover la cabeza con intenciones de dilucidar quién era.
Me acerqué por el frente de la alta y extensa mesa sobre la que estaba trabajando, esperaba que al menos estuviera interesado en verme.

-¿qué haces?- pregunté intentando ver lo que anotaba en la hoja donde garabateaba algunas fórmulas irreconocibles para mi.

Spencer alzó la vista y pareció sorprenderse con mi presencia.

-¿qué haces aquí?- preguntó de forma suave
-¿Aton y El Comandante ya te dejaron salir?- asentí con la cabeza estirando un poco las comisuras de mis labios pero él se veía serio, distinto, como si hubiera vuelto a ser el Spencer de Ohmnus -¿te sientes mejor?- encajó sus lentes en el puente de su nariz.

-si- murmuré analizando lo que estaba a mi alrededor -¿qué estás haciendo?- fruncí el ceño al no reconocer nada de ello que veía, digo, sabía lo que eran los objetos, no lo que pretendía hacer con ellos.

-intento entender cómo funciona Rinix- dijo en un tono bastante casual.

-¿para qué?- aparté el cabello de mi rostro con el fin de que no me cubriera parte del campo visual.

-creo que si logro entender cómo funciona, si somos parte de una galaxia ahora mismo, o si hay más planetas de los que esté cerca, podría intentar abrir una brecha, pero hasta lo que sé ahora mismo, estamos atrapados en un bucle de energía cuántica, lo que significa que si logro abrir una brecha, nuestro destino no será ni La Tierra ni Ohmnus, será otro planeta, y puede que eso pase un par de veces más antes de llegar a nuestro destino- se encogió de hombros.

-¿te quieres ir de aquí?- fruncí levemente el ceño, hasta ese momento irme no había sido una preocupación en mi cabeza.

-algún día tendremos que hacerlo, no pertenecemos a este mundo por más que lo intentemos, somos de otra zona del universo Margo, eso podría afectar nuestra línea de tiempo- explicó suavemente, como si no pretendiese hacerme enojar con su comentario -puede que tengamos que irnos hoy, como puede que mañana o en un mes, pero hay que irnos y seguir con nuestro viaje, esta es solo una de las miles de paradas que tendremos-

𝟏𝟏𝟗 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora