97•Límites

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Margo vertió un balde de agua sobre el rostro del sujeto que estaba en el suelo atado de manos y pies, pensó en amordazarlo, pero si venía alguien Chris se lo haría saber, él ahora estaba vigilando el pasillo.

El sujeto despertó de golpe y sacó una respiración algo entrecortada por la presencia de líquido en su rostro y tosió mientras trataba de incorporarse, pero al ver a Margo inclinada sobre él, desistió en su intento. La muchacha sonrió pero tenía un la bandana cubriéndole el rostro, así que llevó la mano a la tela y la bajó destapando la mitad de su rostro que había estado cubierta hasta ese momento.
Chris la observó de reojo, tenía la barbilla morada, la mandíbula inflamada y parecía no importarle, la antigua Margo no habría dejado que nadie la viese así, se hubiera cubierto, pero era como si estuviera orgullosa de esos golpes, y allí se dio cuenta, ella ya no tenía cicatrices, el código se las quitó, le permitió tener un nuevo comienzo.

-bueno bueno bueno- dijo Margo observando al sujeto que estaba en el suelo -miren lo que trajo la corriente- sonrió ampliamente, pero no era una sonrisa de felicidad fidedigna, era una sonrisa malévola, aquella en la que no se curvan los labios para expresar alegría, sino esa donde enseñan los dientes en señal de advertencia.

-no me trajo ninguna corriente, tú me noqueaste y me amarraste, me tienes secuestrado- respondió en forma pedante mientras tiraba y tiraba de las amarras para quitárselas de encima, pero no podía.

-la verdad es que no te tengo secuestrado- negó con la cabeza -tu eres libre de irte cuando quieras- se encogió de hombros -no estoy amenazando tu integridad física por el momento- sonrió nuevamente -si me contestas cada pregunta que haga, tú no vas a salir herido- negó con la cabeza -y no quiero tener que herirte, en verdad-

-ay por favor, no te hagas la buena conmigo, no lo eres Löf, no eres buena- negó con la cabeza, eso hizo que Margo borrara la sonrisa de su rostro y tomara una expresión seria en donde endureció cada uno de sus rasgos haciéndolos parecer más sombríos, más toscos.

-primera pregunta- sentenció en un tono serio y seco -¿dónde tiene Cassius a Spencer?- el hombre la observó y alzó una sola ceja.

-como si yo fuera a saber eso Löf, no, no sé dónde lo tiene nena- negó con la cabeza. Con las palabras del hombre, Chris se dio vuelta para observar la escena.

-no soy tu nena ni nena de nadie- le corrigió sin titubear -segunda pregunta ¿cómo llego a donde Cassius tiene a Spencer?-

-como si te lo fuera a decir- rodó los ojos a lo que ella sonrió levemente.

-entonces acabas de afirma que sabes dónde lo tienen- él hombre entrecerró los ojos y negó con la cabeza.

-no pongas palabras en mi boca niñita tonta- mencionó en un tono desafiante -ahora hazte un favor y deja que salga de aquí en perfectas condiciones-

-¿o sino qué?- Margo enarcó ambas cejas mientras se movía cambiando el peso de pierna, aquello hizo que la punta de la espada resonara al rozar los adoquines del suelo.

-te mataré yo sin darle la oportunidad a Cassius de hacerlo- la muchacha rió con el comentario.

-amigo mío no estás en condiciones de exigir cosas, tú no sabes nada de mi, no sabes lo que puedo llegar a hacer- mencionó negando con la cabeza -yo que tú no probaría mi paciencia-

-no me importa saber quien eres, como te llamas en realidad o qué demonios eras antes de que te convirtieran en un monstruo, lo único que sé y lo único que me consta, es que eres una muchachita enamorada que hará lo que sea por el chiquillo que está encerrado, incluso ridiculizarse frente a todos- tensó la mandíbula apretando los dientes y haciendo sobresalir sus sienes en tan esquelético y anguloso cráneo.

𝟏𝟏𝟗 𝐃𝐢𝐚𝐬 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐮𝐞𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora