— Señor, el sanador aún se rehúsa a seguir sus órdenes. — informó uno de los sirvientes al estar frente a su Señor, luego de haberse cumplido ya dos días del peliazul.
Kantlyos, quien se encontraba de espaldas al menor, se giró y con voz profunda dijo:
— Entonces es hora de enseñarle que el no obedecer mis ordenes tiene sus consecuencias.
Provocando que los labios del contrario se curvasen en una sonrisa ladina antes de murmurar un "Sí, señor" para enseguida regresar de nuevo a las sucias mazmorras.
Jinki empezaba a creer que quizás 'Kantlyos' tenía razón, ese horrible lugar sería su nuevo 'hogar' hasta su último día, si es que él no decidía acabar con todo de una vez, pues dudaba mucho soportar estar ahí por tanto tiempo.
Sinceramente, no podría.
De pronto, el eco de unos pasos acercándose resonó en el lugar, a lo que Jinki alzo la vista del suelo y ver que se trataba de 'Damyr', como uno de sus compañeros lo habían llamado el día anterior cuando había ido a darle sus primeras órdenes. Y que hoy iba acompañado por un demonio más.
— Buenas noticias, Sanador. — comentó Damyr al estar frente a las barras de hierro que les separaban.
Jinki solo le observó en silencio.
— Hoy es tu día de suerte. — continuó el contrario, sonriendo ladino.
¿Día de suerte? Jinki se preguntó a que se refería con ello. Pero logró quedarse callado. Sin embargo, la respuesta a su interrogante llegó enseguida al escuchar hablar de nuevo al contrario.
— Pónganle los grilletes. — fue la orden clara de Damyr para el que le acompañaba y al que custodiaba la entrada de la mazmorra.
— Ѻ —
Finalmente.
Luego de tres largos y angustiantes días, todo estaba listo.
— ¿Preparados? — Taekwoon preguntó, a pesar de saber ya la respuesta, pasando su mirada sobre todos los presentes. Recibiendo en seguida un fuerte "Sí, señor!" en unisono como respuesta.
Para entonces, atravesar el portal que conectaba su mundo con el de los demonios.
— Ѻ —
El dolor en su cuerpo era insoportable.
Jinki aún podía escuchar los sonidos de los golpes contra su cuerpo. El chocar de la delgada madera contra su piel, los golpes que le fueron dado en el estomago y rostro, el sonido de la fusta antes de marcar sus piernas y costillas. Incluso podía jurar escuchar también la voz profunda de Damyr diciéndole cosas despectivas, y dando indicaciones especificas a los contrarios de como golpearle y hacerle "Entender" que órdenes, eran órdenes.
Intentó moverse hacia un lado en el incomodo camastro, pero inmediatamente un quejido lastimero abandonó sus labios lastimados -pues los había mordido para evitar gritar o soltar uno que otro sollozo que había estado apunto de salir de los más profundo de su garganta-, así que mejor optó por quedarse en la misma posición que estaba.
Suspiro con cansancio y cerró los ojos, dispuesto a entregarse al mundo de los sueños y, tal vez así, aliviar un poco el dolor que sentía.
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El último Sanador / OnHo
FanfictionEn un mundo muy diferente al de los humanos el último sanador de los guerreros y guardianes ha muerto. Pero antes de hacerlo, revela un secreto al líder de los guerreros, quien teniendo nuevamente una pequeña esperanza, decide enviar a uno de los me...