Capítulo 7

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Un par de suaves toquidos se escucharon en la puerta exactamente una hora después.

Un profundo suspiro escapó de Jinki antes de disponerse a abrir la puerta.

— Hola — Minho le sonrió.

Pero Jinki no dijo nada, solo asintió y esbozó una pequeña sonrisa.

 Iban por el pasillo cuando Jinki carraspeó antes de decir: — Mmh...si quieres seguir todavía hablando con Khonji, solo indícame donde está el traliné e iré por mi cuenta, tranquilo. —

Ganándose una mirada sorprendida del contrario.

— ¿Qué?

— Sí, si quieres puedes regresar con Khonji y... 

— No, no quiero estar con Khonji, quiero almorzar contigo. — interrumpió Minho, mirándole con tranquilidad.  — O es que a caso....¿tu no quieres almorzar conmigo? — preguntó con un semblante triste y apagado.

— ¡No!¡Digo sí! —Jinki se apresuró a responder. — Sí quiero almorzar contigo. — aclaró con entusiasmo.

— Entonces, vamos — Minho le sonrió.Y retomó su andar al Traliné.

Luego del almuerzo, regresaron a las habitaciones por unas cosas que necesitaban para el entrenamiento, pues hoy empezarían con ello.

Minho los guió a lo que parecía ser un salón en desuso, ya que en el lugar solamente había un silla de madera y un par de floreros en las esquinas.

— ¿Seguro que podemos estar aquí? — Jinki preguntó, con duda.

— Por supuesto, Khonji dijo que podía usarlo — Minho aseguró, sonriente. — Muy bien, lo primero que te enseñaré es el como sostener la daga. — dijo dejando sus cosas en la silla para luego acercarse a Jinki.

— Pero eso es sencillo. — afirmó Jinki.

A lo que Minho alzó un ceja, incrédulo. — Entonces muéstrame. — dijo cruzándose de brazos y sonriendo con diversión.

Jinki bufó y empuño la daga en su dirección. — ¿Ves? — sonrió con suficiencia.

Pero Minho sonrió de lado y negó con la cabeza. Descruzó los brazos y se acercó al peliazul. 

— Tienes que tomarla con más fuerza y seguridad. — instruyó, colocando una mano sobre la de Jinki. Para luego mover con suavidad la mano hasta que el dorso de esta quedase con dirección hacia abajo.

Empezando así con el entrenamiento.

Practicaron la forma de sostener la daga en caso de tener a un enemigo por la espalda, también algunos movimientos de ataque y defensa.

Para cuando se dieron cuenta, la noche ya había caído. Ambos estaban sudorosos y con la respiración algo agitada. Por lo que decidieron regresar a las habitaciones y tomar un rápido baño antes de la cena.

Esa noche, ambos se rindieron al sueño con facilidad.




— Ѻ —

Al día siguiente, el entrenamiento fue el mismo que al del día anterior por un buen rato, hasta que Minho decidió incluir una pequeña pelea al entrenamiento, tomando él el rol del atacante, por supuesto. 

Sin embargo, para Jinki esto resultó un poco más de dificultad, pues a pesar de que había aprendido algunas maneras de como defenderse, no podía lograr ejecutarlas con la misma rapidez y agilidad de Minho.

El último Sanador / OnHoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora