A Sweet Scape.

Esposo.

¿Cómo le iba a pedir a Kyle que fuera su esposo, así?

¿Qué dirá él?

Pensó, mientras jugaba con uno de sus rizos sentada en el jardín. Se encontraba dibujando algo. Aunque no sabía mucho, le gustaba hacerlo.

—¡Oye, Lauren!— se exaltó al escuchar esa voz. Era Kyle acercándose hacia donde ella estaba.

Mierda.

Kyle se acercaba cada vez más hacia donde ella estaba, y los nervios comenzaban a invadirla.

AHHHH

—Quiero hablar contigo.

El le sonrió, y eso hizo que se tranquilizara un poco.

—¿Qué es lo que pasa?

—Tu prometido vendrá mañana.—

—¿Tú cómo sabes eso?

—Llamaron al teléfono de la casa, y solamente tuve que tomarlo para enterarme.—Ella suspiró y se mordió el labio inferior, divagando entre decirle o no.

—Necesito que me ayudes con algo.— Soltó.

—¿Con qué? — él sonrió ampliamente, sabía a qué se refería.

—Con mi compromiso. No me quiero casar. —

—¿Qué propones? —

—Sé que tú tal vez tengas novia, y eso... yo no quiero interferir, de verdad.—

—Te hice una pregunta.—

—Propongo que nos casemos. Y luego, si quieres, nos podemos divorciar.—

—Y ¿Qué habría de ganar yo?— sonrió, picarón.—

—¿Quieres dinero?

—No. Quiero algo más valioso.—

Lauren se puso pensativa.

—Mi virginidad.—

Kyle enrojeció.

—Pero... somos, no puedes, no, no creo que...—Evidentemente, se puso nervioso. Quería follársela, pero no de esa manera.—

—Tómalo o déjalo.

—Acepto. —

Lauren suspiró.

Con toda la inocencia del mundo, Kyle preguntó; 

—¿Cómo lo haremos? 

—Se supone que debes de reclamarme como tu prometida en frente de todos, así sería oficial y...

—Lo haré.

—¿Cuándo? 

—Cuando llegue tu prometido.—

—¿Es un trato? — Le extendió la mano para que la estrechara.

—Un trato.— Le estrechó la mano.